QUINOA, AYER EL ALIMENTO SAGRADO DE LOS INCAS

Quinoa, un grano que está convirtiéndose en una estrella de los veganos y otros consumidores progresistas, es un seudo-cereal primeramente domesticado por pueblos andinos hace unos 3 ó 4 mil años; era el alimento cotidiano de los pueblos nativos y los Incas lo consideraban un cultivo sagrado. Al presente es cultivado en las regiones montañosas de los Andes de Bolivia, Argentina y Perú.
La semilla de quinoa es una rica fuente de proteína, fibra dietaria, diversas vitaminas del grupo B, incluyendo el 46% de la ingestión diaria recomendada de folato, minerales como magnesio, fósforo y manganeso. Su harina es libre de gluten.

An ICBA scientist checks the temperature of the leaves of ripening quinoa in Dubai.

Sin embargo, en su estado natural las semillas tienen un recubrimiento que contiene saponinas amargas, lo que las hace desagradables al paladar (y ligeramente tóxicas). Antes de consumirlas esa capa debe retirarse por medios físicos (calor, pulido mecánico, etc.), proceso que en los hogares se realiza en la cocina doméstica, pero que para su uso comercial debe llevarse a cabo en plantas industriales.
Aún cuando es un alimento nutricionalmente rico, inducir su consumo en nuevos mercados no es tarea fácil. Para ello los consumidores deben ser informados sobre las propiedades nutricionales del grano e instruirlos sobre cómo se cocina y sus varios usos culinarios. Al presente los mercados para la quinoa son aquellos más sofisticados, y desde ya muy limitados. La adaptación de su consumo en otros tipos de mercados es difícil y, por lo tanto, sigue siendo un “producto nicho”.
Esto no obstante, la quinoa consiguió llamar la atención debido a su adaptabilidad a ambientes difíciles como los suelos salinos, tierras pobres y secas, y agrosistemas marginales. Así, científicos del Centro Internacional de Agricultura Salina (International Center for Biosaline Agriculture - ICBA), en Dubai, están desarrollando varios cultivos que, como la quinoa, pueden progresar en suelos salinos que de otra forma serían zonas improductivas. Los investigadores del ICBA tratan de ayudar a los agricultores de Medio Oriente y más allá a ganarse la vida con estas extrañas plantas conocidas como halófitas (tolerantes a la sal), que desde la llamativa quinoa a la oscura salicornia, progresan en ambientes salinos y áridos donde los cultivos habituales como el trigo o el arroz no lo harían.
Hoy el cultivo de la quinoa va creciendo más rápido que el de los cereales tradicionales, aunque partiendo de niveles mucho más bajos. Por medio de la genética de selección el mencionado instituto sin fines de lucro desarrolló cinco variedades de quinoa que crecen especialmente bien en suelos salinos y están siendo introducidas en Egipto y Moroco.
El ICBA también desarrolla variedades de sorgo y mijo tolerantes a la sal, así como salicornia, conocida como espárrago de mar, que es consumida para ensaladas, alimento del ganado y bioenergía.
Muchas granjas en Medio Oriente dependen de las reservas de agua subterránea para la irrigación. Pero los acuíferos rara vez se reponen en un clima árido, y cuando las napas descienden las reservas se vuelven fuertemente salinas, llegando a matar a los cultivos tradicionales. En áreas costeras el agua de mar frecuentemente invade los acuíferos en retracción haciendo la salinidad peor aún. Por lo tanto en estas áreas los cultivos halófitos tendrían futuro en muchos países del Oriente Medio y Lejano, así como en otros mercados no tan exóticos, como son los de Europa, Australasia y América, con  importantes áreas que al presente son prácticamente desérticas debido a la salinidad de sus aguas subterráneas o simplemente infértiles.


An ICBA scientist checks the temperature of the leaves of ripening quinoa in Dubai.
Source: ICBA

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