NATURALEZA VS. AGRICULTURA II

Preservar la Naturaleza o acelerar el crecimiento económico? ¿Estamos obligados a elegir? Por una parte nuestro deseo de acumular riqueza y nuestra necesidad de sacar a la gente de la pobreza parecen amenazar con destrozar a la Naturaleza – y a la humanidad con ella. Pero investigadores del Banco Mundial creen haber encontrado la forma de llegar a un balance entre ambas. La clave? Una agricultura más intensiva pero en los lugares apropiados, mientras se preservan más amplias superficies de bosques y otras áreas sensibles, limitando las emisiones que provocan el cambio climático, y apoyando la biodiversidad.


En un reciente informe el Banco detalla las formas de lograr ese balance. En primer lugar, muestra qué áreas pueden convertirse y para qué usos para lograr la máxima efectividad agrícola. Una combinación de inversiones, incentivos y regulaciones pueden ayudar a los agricultores a mudarse a diferentes lugares y aplicar prácticas mejores, pero excluyendo las expropiaciones. 

El plan detallado incluye más acceso a créditos, reforzar los derechos de propiedad y subsidios directos para herramientas más eficientes como, por ejemplo, equipos de irrigación que promueven la producción y consumen menos agua. Todo esto debería hacerse sin que ocurran pérdidas para los agricultores; y si las hubiera, se deberían compensar adecuadamente como parte del costo de lograr el cambio.

Por supuesto, esta propuesta requiere mucho dinero. Pero, según el informe del Banco Mundial, el dinero existe: hay U$S 1.250 billones en subsidios directos que los gobiernos proveen anualmente a la agricultura, a las industrias marinas y a la extracción de combustibles fósiles. Esos fondos deben ser redireccionados hacia donde sean más redituables respecto de los objetivos propuestos.

Desde luego, este cambio de dirección de la inversión de esos inmensos fondos disponibles chocará frontalmente con serias oposiciones de aquellos que están hoy haciendo uso de esos fondos e implica un inmenso obstáculo político a las propuestas. Pero la humanidad debe tomar conciencia de que la protección del globo terráqueo, con la humanidad que lo puebla en tremendo riesgo si continuamos con la economía en su dirección actual, necesita urgentes cambios que son factibles de alcanzar si el hombre hace uso de la capacidad de raciocinio con la que ha sido provista. 



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