BIOEXCREMENTOS Y FERTILIZANTES

 


Un reciente artículo (*)  de Anthropocene magazine comenta que “a nivel mundial, los excrementos humanos constituyen una enorme fuente de nutrientes sin explotar”. Esta fuente sigue usándose en la agricultura de minifundios en regiones del globo pero, sobre todo en Occidente, sufre del estigma de la resistencia pública difícil de superar. No obstante, si se los transforma en biocarbón, no sólo constituirían una enorme fuente de nutrientes vegetales sino que, además, podrían aportar notables mejoras a los suelos.

Hay una abundante bibliografía sobre el biocarbón, su producción y su uso en agricultura. Básicamente, el método disponible más a la mano es la pirolisis, es decir una combustión con limitación de oxígeno, lo que conduce a una masa predominantemente carbonosa, emitiendo ciertos gases de combustión. Como toda combustión, se trata de una reacción exotérmica que, una vez iniciada, no solo se mantiene sola sino que puede producir calor, sobre todo si se combustionan los gases emitidos. Los métodos de producción van desde el más sencillo de una pila de material encendido con acceso limitado de aire y salida de gases, hasta equipos tecnológicamente desarrollados y aptos para tratamiento industrial en gran escala.

Pero en resumen, quienes estudian detalladamente estos procesos creen que en los excrementos humanos existen suficientes nutrientes como para sostener una bioeconomía circular y, según el artículo que comentamos, “los desechos humanos contienen más de 20 mil millones de kilogramos de nitrógeno, casi 3 mil millones de kilogramos de fósforo y 6 mil millones de kilogramos de potasio al año. La orina por sí sola contiene el equivalente al 17 % de las necesidades anuales mundiales de nitrógeno y hasta el 25 % de la demanda de potasio”. Y, siendo la temperatura de la pirolisis de alrededor de 300ºC, se eliminan la totalidad de los patógenos que preocupan en el aprovechamiento de esos desechos, reduciendo en cierta forma el estigma de la aceptación pública del origen de esos fertilizantes en la producción agrícola de alimentos de consumo humano.

Un punto decididamente a favor del uso de biocarbón derivado de los residuos biológicos humanos es claramente puntualizado por el artículo de referencia:Los fertilizantes convencionales son un recurso distribuido de forma desigual en todo el mundo, por lo que la producción de nutrientes agrícolas a partir de desechos humanos es una forma de lograr que este recurso sea ubicuo y se distribuya de forma uniforme. Una bioeconomía de residuos más localizada y circular también protege a la agricultura de impactos globales como la guerra y el comercio, que pueden interrumpir las cadenas de suministro de fertilizantes convencionales”. 

Fuente: “From flush to field. Biochar could turn human waste into a fertilizer goldmine”. Por Emma Bryce, Ago. 15, 2025, https://www.anthropocenemagazine.org/2025/08/ Source: Lehmann et. Al.”Biochar in circular bionutrient economy”. PNAS.2025 (Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA). Image: Anthropocene Magazine.

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