AMAZONAS: MINERÍA ILEGAL Y CRISIS HUMANITARIA
La invasión de mineros ilegales en el territorio indígena de la Amazonía Brasilera destruyó selvas y polucionó ríos, trayendo enfermedad y malnutrición del pueblo Yanomami. El nuevo gobierno de Brasilia enfrenta una crisis de salud y toma acciones para desalojar a los mineros.
Pero el desastre humanitario en esta selva no fue causada por pobres cosechas o guerra, sino por la minería ilegal y el abandono genocida del estado. Una investigación periodística denuncia 570 muertes infantiles causadas por enfermedades previsibles en los últimos cuatro años, un incremento del 29% respecto de los cuatro años anteriores. La invasión de la minería ilegal trajo enfermedad, violencia y degradación ambiental.
El nuevo presidente de Brasil, Inacio Lula da Silva, prometió poner remedio a esta situación. Este sería un vuelco de 180º respecto de la política del anterior presidente, Jair Bolsonaro, que marcaba una decidida defensa de las industrias extractivas frente a la protección de la selva y sus habitantes nativos, a costa de los derechos humanos de quienes, se sabe, son, por sus hábitos ancestrales, los principales custodios de la sustentabilidad de la ecología en sus territorios.
Sin embargo, una cosa es prometer y otra poder cumplir. El nuevo gobierno se enfrenta a muy poderosos intereses que corrompen autoridades regionales y forman verdaderos ejércitos fuertemente armados y sin miramientos humanitarios. Forzar la salida de los invasores requerirá firme decisión política, enormes recursos y el respaldo del ejército, ninguno de estos requisitos está garantizado.
Los viejos lavadores de oro artesanales fueron reemplazados por empresas ilegales equipadas con maquinaria pesada en manos de mafias criminales fuertemente armadas y con conexiones al tráfico de drogas.
Los metales pesados usados en la purificación del oro, especialmente el mercurio, se vaporizan, ensucian el aire, caen en los ríos y entran en la cadena alimentaria, a resultado de lo cual el 92 % de los residentes Yanomamis tienen niveles inseguros de mercurio en la sangre que causa anormalidades fetales y problemas neurológicos y motores.
El gobierno está enviando alimentos por via aérea a la región, pero la solución va mucho más allá de la simple ayuda humanitaria. Debe hacerse efectiva la nueva política al respecto, aplicándose una enorme presión militar y una efectiva limpieza de núcleos oficiales críticos y abiertamente opuestos a estas políticas.
Pero el desastre humanitario en esta selva no fue causada por pobres cosechas o guerra, sino por la minería ilegal y el abandono genocida del estado. Una investigación periodística denuncia 570 muertes infantiles causadas por enfermedades previsibles en los últimos cuatro años, un incremento del 29% respecto de los cuatro años anteriores. La invasión de la minería ilegal trajo enfermedad, violencia y degradación ambiental.
El nuevo presidente de Brasil, Inacio Lula da Silva, prometió poner remedio a esta situación. Este sería un vuelco de 180º respecto de la política del anterior presidente, Jair Bolsonaro, que marcaba una decidida defensa de las industrias extractivas frente a la protección de la selva y sus habitantes nativos, a costa de los derechos humanos de quienes, se sabe, son, por sus hábitos ancestrales, los principales custodios de la sustentabilidad de la ecología en sus territorios.
Sin embargo, una cosa es prometer y otra poder cumplir. El nuevo gobierno se enfrenta a muy poderosos intereses que corrompen autoridades regionales y forman verdaderos ejércitos fuertemente armados y sin miramientos humanitarios. Forzar la salida de los invasores requerirá firme decisión política, enormes recursos y el respaldo del ejército, ninguno de estos requisitos está garantizado.
Los viejos lavadores de oro artesanales fueron reemplazados por empresas ilegales equipadas con maquinaria pesada en manos de mafias criminales fuertemente armadas y con conexiones al tráfico de drogas.
Los metales pesados usados en la purificación del oro, especialmente el mercurio, se vaporizan, ensucian el aire, caen en los ríos y entran en la cadena alimentaria, a resultado de lo cual el 92 % de los residentes Yanomamis tienen niveles inseguros de mercurio en la sangre que causa anormalidades fetales y problemas neurológicos y motores.
El gobierno está enviando alimentos por via aérea a la región, pero la solución va mucho más allá de la simple ayuda humanitaria. Debe hacerse efectiva la nueva política al respecto, aplicándose una enorme presión militar y una efectiva limpieza de núcleos oficiales críticos y abiertamente opuestos a estas políticas.
Fuente: “How Illegal Mining Caused a Humanitarian Crisis in the Amazon”, por Jonathan Watts y Talita Bedinelli • feb.2, 2023, https://e360.yale.edu/features/brazil-yanomami-mining-malaria-malnutrition-lula, Imagen Malnourished children in a Yanomami village. SUMAÚMA.
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