QUEMA DESECHOS DOMICILIARIOS
Para empezar, el quemar residuos sigue produciendo CO2 y efluentes
gaseosos que pueden ser peores que los derivados de la combustión de
combustibles fósiles. En primer lugar, los países en desarrollo no cuentan con
sistemas confiables de separación de residuos, lo cual conduce a que se quemen
productos que emiten gases tóxicos, por ejemplo dioxinas, producidas por los
plásticos a las altas temperaturas de la cámara de combustión.
Si una segregación eficiente no es posible, se opta por la combustión
directa por medio de la llamada tecnología de rejillas transportadoras. Esta tecnología
quema cualquier tipo de residuo, pero allí donde se la adoptado tuvieron que implementarse
costosos filtros para ocuparse de las dioxinas y otros polucionantes
peligrosos.
Los gobiernos de algunos países de la zona de Asia Pacífico
y algunos bancos regionales de desarrollo promueven el uso de la incineración
directa pero a costa de cuantiosas inversiones en complejos equipos y filtros y
precipitadores electrostáticos para reducir la polución de los gases de
combustión. Para ello es necesario que el país cuente con un sistema de monitoreo
muy estricto de las emisiones. (Es interesante ver que los principales países exportadores
de basura son los que más equipos de incineración directa producen y, desde
luego, promueven su adopción). También es de notar que se están instalando
centenares de equipos de incineración directa, principalmente en los países de
Asia-Pacífico. Pero la polución ambiental que están produciendo muchos de ellos
puede ser preocupante.
Existen otras tecnologías para el quemado de basura no
segregada, como la gasificación y la combustión en camas fluidificadas, pero requieren
mayores capitales de inversión que las tecnologías de incineración directa que
son mucho más baratas pero claramente insostenibles.
Así, la basura de una sociedad de consumo creciente sigue
siendo un problema para el planeta.
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