DESINFORMACIÓN CLIMÁTICA Y ENERGÉTICA (Artículo de opinión, Ing. Jorge Casale)

 


En este blog siempre hemos adoptado una posición de expectativa frente al cambio climático y las políticas para compensarlo. Hemos sostenido que por lo menos una parte del cambio climático es de origen antropogénico, pero también hemos mirado con precaución la opinión de que la parte antropogénica del cambio sería, según algunos, muy menor a la que es la parte debida a los cambios periódicos que se han venido observando en la paleohistoria del planeta. Pero aun cuando esta segunda opinión fuera la correcta, no nos vemos exentos de la responsabilidad de disminuir por todos los medios posibles nuestra contribución al cambio climático antropogénico.

Lamentablemente, creer que esas dos posiciones son irreconciliables lo único que hace es ignorar las partes positivas y negativas de cada una de ellas, lo que sería semejante a negar que nuestras manos izquierda y derecha tienen sus propias habilidades y sus limitaciones, pero que se necesita a las dos “para lavarnos la cara”.

Que gente inteligente diga que las energías alternativas “son un chiste” es ignorar el avance arrollador de esas energías, el irreversible proceso de disminución de su costo y el desarrollo de los medios para superar sus limitaciones. Que la falta de sol o de viento impide generar energía, es una “verdad de Perogrullo”. De aquí la necesidad de grandes instalaciones de almacenamiento de energía, y la necesidad - difícil y costosa – de desarrollar grandes redes de distribución y compensación de las diferencias de generación y consumo. Las faltas de confiabilidad de esas redes son las que causaron los cortes masivos en los EEUU, España y Chile. Problemas similares ocurrirían sea que la energía sea generada por sistemas alternativos o por la combustión fósil en las usinas tradicionales. Cuando la distribución falla nos quedamos sin energía, sea que ésta sea de origen solar, eólico, o térmico. Que la energía térmica tiene sus virtudes de flexibilidad y respuesta, no hay dudas. Pero que tiene un precio que pagar en emisiones perjudiciales no solo para el clima, sino también para la salud, es también innegable, y quizás todavía hoy hay que pagarlo para disfrutar ininterrumpidamente de la energía.

El artículo que generó nuestro comentario se hace eco de un reporte de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés): “… en 2024, las energías renovables contribuyeron a evitar 467 mil millones de dólares en costos de combustibles fósiles”. Obviamente, esto no puede dejar de preocupar al sector de los combustibles fósiles el que genera la presión de los enormes lobbies que niegan el cambio climático, o ignoran lo que sea de su responsabilidad antropogénica. O buscan razones, algunas bastante ingenuas, para ignorar el desarrollo imparable de las energías alternativas. La misma Agencia IRENA dice que: “en 2024 el 91 % de los nuevos proyectos renovables generaron energía a un menor precio que los nuevos proyectos fósiles más baratos”.

Sería bueno que el sector de los combustibles fósiles invirtiera parte de su esfuerzo lobbístico y económico en colaborar con el esfuerzo de remediar la parte antropogénica , grande o pequeña, del cambio climático en lugar de promover su intento – cada vez menos relevante – de convencer al público de que las energías renovables no pueden tener futuro.

Fuente:COP30: las energías renovables, nuevo blanco de la desinformación climática global”,  Sandra M.G., Nov. 13, 2025, Ecoticias.com, Energías Renovables. https://www.ecoticias.com/energias-renovables/cop30-energias-renovables-desinformacion-climatica

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