DESRROLLO VS. CAMBIO CLIMÁTICO
DESARROLLO VS. CAMBIO CLIMÁTICO (ENGLISH VERSION BELOW: DEVELOPMENT VS. CLIMATE CHANGE)
La controversia entre desarrollo y la protección
del ambiente generalmente se concentra separadamente en cada uno de estos
objetivos como si ellos estuvieran desconectados, lo que torna muy difícil
analizar su interrelación. La radicalización de las posiciones lleva a
una pulseada donde el objetivo principal es vencer al oponente en vez de encontrar
relaciones mutuamente beneficiosas.
Los
gases invernadero están fuertemente relacionados con el cambio climático.
Las discusiones habituales proponen o reducir las emisiones – por
ejemplo, las energías no renovables – o la captura de los gases
producidos, ya sea por absorción de carbono por parte de los bosques
o los océanos, o los métodos de captura y almacenamiento bajo tierra
de los gases producidos.
Dejando
de lado los enormes problemas técnicos y ambientales del almacenamiento
subterráneo, así como la inaceptable acidificación de los océanos por el CO2
absorbido o su absorción limitada por los bosques, la única alternativa
restante parece ser la reducción del uso de las energías no renovables.
Pero
las energías renovables tampoco son ambientalmente gratuitas. Las plantas hidroeléctricas
necesitan del anegamiento de tierras frecuentemente productivas, la reubicación
de comunidades en ellas asentadas, serios daños a la biodiversidad,
amenazas a áreas geológicamente sensibles, etc.
Las
generadoras eólicas necesitan significativas inversiones, son
frecuentemente acusadas de que matan un gran número de aves y son criticadas por
no pocos porque afectan al paisaje.
Generar
energía solar requiere también grandes inversiones en la instalación de
enorme cantidad de paneles además del costo de almacenarla en sofisticadas
baterías – en el caso de las fotovoltaicas – y las ineficiencias de
transformación en el caso de las fototérmicas.
En
ambos casos el costo del transporte y transformación de la energía
generada no es para nada despreciable. Así, pues, en la controversia entre
energía y clima podemos decir que nada viene, precisamente, “de arriba”: alguna
cosa hay que sacrificar.
El
mundo moderno es acusado de sobreconsumo con sus amenazas relacionadas a los
recursos limitados. Su optimización involucra profundas consideraciones macroeconómicas
y políticas. Así, las negociaciones a cargo de los innumerables organismos
internacionales generalmente terminan en la lamentable realidad de expresiones
de deseos o acuerdos que nadie parece tener la intención de cumplir.
Y
aún al nivel personal, todos clamamos por la restricción del consumo
para salvar el planeta. Pero cuán sinceros son estos reclamos está por verse;
todos queremos el nuevo auto, el último celular, transporte aéreo cuando es
posible, calefacción y aire acondicionado ilimitado, etc.
En
el forcejeo por nuestra porción de los recursos limitados están, por una parte,
los países desarrollados que no quieren ceder sus ventajas de la modernidad; y
por la otra las naciones en desarrollo que tratan de no reducir sus magras participaciones
- y, de ser posible, que otros levanten la factura. La verdad es que todos
somos reacios a ceder nuestra “baldosa”, ignorando que la solución de la
discrepancia, en este caso como en cualquier otro, necesita del esfuerzo
combinado de ambas partes.
Un reciente artículo
en SicDev.Net (*) lo destaca muy claramente: “No existe una integración del cambio clim´tico global, el desarrollo y
las políticas de desastres. Pero la ciencia indica que estos problemas y la
forma de afrontarlos están interrelacionados. El dar a las políticas sobre el
cambio clñimático un contexto más amplio podría conducir a acciones más
efectivas”. El artículo citado, sin embargo, trata a los problemas del
cambio climático y el desarrollo mayormente desde un punto político a partir de
los aspectos relacionados con el manejo de los desastres derivados del
cambio climático, pero soslaya en gran medida los aspectos macroeconómicos
de la discusión. Este es un problema muy complicado que mejor trataremos en
otra occasion.
Ing.Jorge Casale, Editor
La (*) Joint action on climate change: Facts and figures, SciDev.Net Boletines, Grupos, Oct. 19, 2015.
http://www.scidev.net/global/climate-change/feature/joint-action-climate-change-facts-figures.html?utm_medium=email&utm_source=SciDevNewsletter&utm_campaign=international%20SciDev.Net%20update%3A%2019%20October%202015
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DEVELOPMENT VS. CLIMATE CHANGE
The controversy
between development and protection of the environment usually concentrates on
either one of these two goals as if they were disconnected from each other,
which makes it difficult to analyze their interrelationship. Radicalizing positions leads to an arm
wrestling attitude where the main purpose is to beat the opponent not to find
mutually beneficial relationships.
Greenhouse gas emissions are
strongly related to climate change. The usual discussions propose either to
reduce emission – for example non renewable energy generation and consumption –
or to capture the produced gases by carbon absorbing forests and oceans or the
underground storage methods.
Leaving aside the enormous
technical or environmental problems and consequences of underground storage,
the ocean acidification by absorption of CO2 and the limited capacity of
absorption by forests, the only alternative left seem to be reducing the use of
non-renewable energies.
But renewable energy does not
come environmentally free either. Hydroelectric plants need flooding large
areas of usually productive land, forced relocation of communities, serious
damage to biodiversity, threats to geologic sensitive areas, etc.
Wind farms need significant
investment and are frequently charged with the deaths of large numbers of
birds, as well as criticism for affecting the landscape.
Solar energy requires big
investments in facilities - generation and storage in the case of photovoltaic
- plus unavoidable energy transformation inefficiencies in the case of
photothermal plants.
In both cases the cost of
transporting and adapting the generated energy is not negligible. In the
subject of the controversy between energy and climate we can say that “there is
not a free lunch”: something has to give.
The modern world is accused of
overconsumption with its related threat to limited resources whose optimization
involves deep macroeconomic and political considerations. Negotiations in
charge of the innumerable international agencies usually end up in the pitiful
reality of wishful thinking or agreements that nobody seem willing to respect.
Even at the personal level, we
all pledge for restricting consumption to save the planet. How sincere are
these pledges is still to be seen; we all want to have a new car, the last
cellphone, air travelling, etc.
In the wrestling for our shares
in the limited resources there are, on the one side, the developed countries
trying to coopt for the most of modern advantages and, on the other side the
developing nations that strive not to reduce their share - and, if possible,
that somebody else pays for it. The truth is that we are all reluctant to give
up our foothold and seem to forget that solving the discrepancy will need a
combined effort on both sides.
A recent article in SicDev.Net (*) very well points out: “There’s no integration of global climate
change, development and disaster policy. But science says the problems, and
ways to tackle them, are often interrelated. Giving climate change policy a
wider context could spur more action”. The article deals though, mainly on
the disaster aspects of the divorce between development and environmental
protection; it does not delve too much into the macroeconomical aspects of the
discussion. It’s a complicated matter we’d better deal with in some other
occasion.
Jorge Casale, Editor
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