INDUSTRIA PETROLERA POS-CARBONO

La industria petrolera construyó el mundo moderno; pero, ¿podrá rehacerse para contribuir a construir el mundo pos-carbono? Así como otras industrias constructoras de la economía como la del Ferrocarril hace un siglo, las nuevas tecnologías fuerzan a la del petróleo a una adaptación radical.


Las emisiones globales de C02 solo aumentaron un 1% el último año pero solo porque el crecimiento de las emisiones de los combustibles fósiles fue compensado por un aumento notable de las energías renovables, los vehículos eléctricos, las bombas de calor y las medidas de aumento de eficiencia energética.

Y la industria del petróleo está siendo sitiada por los impuestos a sus exorbitantes ganancias, activos perdidos y el enfoque ecológico de las nuevas generaciones. Puede, entonces, revertir esa tendencia? Los pozos no pueden simplemente taponarse y las refinerías cerrarse. Puede entonces esta gigantesca industria ayudar en los esfuerzos por acelerar el cambio que está verificando la humanidad?



El artículo analiza la factibilidad de tres posibilidades: 1) fondos de inversión pueden deshacerse de las acciones petroleras y trasladarse a los desarrollos renovables. 2) acelerar, en lo posible, el crecimiento constante de la sociedad pos-carbono, y 3) declinación programada, acelerada por las políticas gubernamentales. Estas opciones están siendo seguidas en mayor o menor medida, de acuerdo con las condiciones de cada corporación y con las actitudes políticas de los gobiernos.

Podría entonces aplicarse la potencialidad de la industria petrolera usando sus gigantescas estructuras y facilidades para ayudar a realizar los cambios profundos que se necesitan para cambiar el mundo productivo y del consumo hacia objetivos positivos de control climático y de uso de los recursos disponibles?

En primer lugar podría dedicar sus enormes fondos a la investigación y desarrollo de tecnologías de reducción de C02, como por ejemplo su captura y almacenamiento inocuo, u otras tecnologías diferentes que pueden orientar al mundo en la dirección necesaria.

Otra posibilidad es dedicar sus enormes capacidades técnicas y logísticas para el cambio generalizado hacia la potencialidad necesaria, decisión que implica la clase de ingeniería integrada que maneja la industria petrolera.

También se podrían utilizar las instalaciones y elementos estructurales disponibles para ahorrar costo en el montaje de las nuevas tecnologías que se van generando en el proceso de desarrollo de esas nuevas tecnologías.

El desmontaje de la gran industria petrolera puede o no ser factible, pero va a ser ciertamente doloroso. Se calcula que en el proceso habrán varios miles de billones de dólares que quedarán abandonados en la tierra. Esta riqueza perdida va ser sentida por los inversores y sus acciones.

El mercado de trabajo va ser el punto neurálgico de un proceso de desarmado de la gran industria petrolera. Desde la necesidad de enormes proyectos de reentrenamiento de obreros y empleados hasta los factores que intervendrán en relocaciones, tal vez masivas, requerirán grandes inversiones que tendrán que salir de alguna parte.

Como se comentaba en una de las últimas presentaciones de este blog, las grandes compañías petroleras, al no encontrar otras salidas, están recurriendo al greenwashing, es decir a echar mano de los subsidios para llevar a cabo las investigaciones de captura de carbono con tres resultados: disminución del carbono en el aire (bueno), enterrarlo en viejos pozos (bueno), o extraer más petróleo (no tan bueno), contrario a los que los ecologistas quieren.

 

Fuente: “Can Big Oil be part of a post-carbon world?”, By Mark Harris, Abr.13, 2023, Fixing Carbon, Anthropocene Magazine, https://www.anthropocenemagazine.org/2023/04/

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