TRIGO Y COVID
El trigo es uno de los granos de mayor importancia en la alimentación humana y animal. La mayoría de los cereales del género triticum son susceptibles a enfermedades fúngicas que pueden llegar a ser muy destructivas. En el caso particular de la roya del trigo (Magnoporthe oryzae pathotype triticum) esta es descripta por el Centro de Mejoramiento de Maíz y Trigo (International Maize and Wheat Improvement Centre - CIMMYT) como un enemigo mortal y desconcertante. Infecta las espigas pudiendo causar pérdidas totales.
La vigilancia genómica consiste en seguir sistemáticamente los cambios de los códigos genéticos de los patógenos que causan la enfermedad y seguir su desarrollo y controlar su expansión. Surgió como una herramienta vital durante la pandemia de Covid-19 para identificar y seguir la transmisión de nuevas variantes.
La información genética que emplearon en trigos los investigadores del Sainsbury College, Londres, recolectada con la colaboración del OpenWheatBlast, comunidad científica para la comunicación de datos y novedades sobre la enfermedad, detectando, siguiendo y caracterizando la línea genética de los casos de recientes brotes de la peste para probar la resistencia de diferentes tipos genéticos del hongo a ciertos fungicidas.
En un estudio del investigador Sergio Latorre Ochoa en la citada institución Londinense vieron que el hongo podía potencialmente interactuar y copular con otras líneas infecciosas. Pudieron identificar dos estrategias cortafuegos para manejar y aliviar la distribución del hongo, identificando plantas con resistencia genética específica (Rmg8) las que son sensibles al fungicida Strobirulina puediéndoselo así usar para un control efectivo del hongo.
Pero los investigadores puntualizan que el hongo todavía puede copular con hongos en otros tipos de pastos y crear variantes que intensifiquen la virulencia, pudiendo, por la sola acción de sus mutaciones, llegar a ser resistente a Strobirulina . Esto subraya la necesidad de la vigilancia constante de los patógenos por la misma razón que es necesaria la vigilancia genómica del Covid-19.
La vigilancia genómica consiste en seguir sistemáticamente los cambios de los códigos genéticos de los patógenos que causan la enfermedad y seguir su desarrollo y controlar su expansión. Surgió como una herramienta vital durante la pandemia de Covid-19 para identificar y seguir la transmisión de nuevas variantes.
La información genética que emplearon en trigos los investigadores del Sainsbury College, Londres, recolectada con la colaboración del OpenWheatBlast, comunidad científica para la comunicación de datos y novedades sobre la enfermedad, detectando, siguiendo y caracterizando la línea genética de los casos de recientes brotes de la peste para probar la resistencia de diferentes tipos genéticos del hongo a ciertos fungicidas.
En un estudio del investigador Sergio Latorre Ochoa en la citada institución Londinense vieron que el hongo podía potencialmente interactuar y copular con otras líneas infecciosas. Pudieron identificar dos estrategias cortafuegos para manejar y aliviar la distribución del hongo, identificando plantas con resistencia genética específica (Rmg8) las que son sensibles al fungicida Strobirulina puediéndoselo así usar para un control efectivo del hongo.
Pero los investigadores puntualizan que el hongo todavía puede copular con hongos en otros tipos de pastos y crear variantes que intensifiquen la virulencia, pudiendo, por la sola acción de sus mutaciones, llegar a ser resistente a Strobirulina . Esto subraya la necesidad de la vigilancia constante de los patógenos por la misma razón que es necesaria la vigilancia genómica del Covid-19.
Fuente: “COVID-style gene surveillance to fight wheat fungus” por Claudia Caruana, Abr, 17, 2023, https://www.scidev.net/global/news/covid-style-gene-surveillance-to-fight-wheat-fungus/
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