ARGENTINA: GENERACIÓN ELÉCTRICA BIDIRECCIONAL

El mundo necesita urgentemente cambiar la forma de generar electricidad pasando de los combustibles fósiles a otros medios renovables. Los más conocidos de estos últimos son los eólicos y los fotovoltaicos o, más generalmente, solares.

Paneles solares en el techo y el estacionamiento de una escuela secundaria en Buenos Aires, Argentina. Muchos proyectos de este tipo permiten a los usuarios generar su propia electricidad y vender el excedente a la red (Imagen: Energe)

El principal problema es la magnitud del consumo energético y la disponibilidad de capitales suficientes para generalizar ese cambio en el menor tiempo posible. Si bien esas magnitudes son de escala global, también pueden enfocarse desde una escala más reducida con una multitud de pequeñas unidades generadoras al alcance de los consumidores.

En algunos países de agricultura extensiva, entre ellos, Argentina, durante muchos años la mayoría de las chacras contaron con generadores eólicos individuales, los que suplantaron la inexistente distribución eléctrica generalizada. Hoy están empezando a popularizarse las placas fotovoltaicas y los generadores de calor solares. Pero el gran salto debe darse a través de la generación eléctrica bidireccional mediante la adopción de medidores que permiten recibir la energía cuando se necesita, y vender el exceso a la red de distribución cuando se necesita menos.

Pero la generación fotovoltaica debe darse no solo a nivel individual, sino también comunitario, utilizando superficies suficientemente grandes para instalar un gran número de paneles fotovoltaicos. Por ejemplo techos de grandes industrias, colegios, hospitales, etc., y la concentración de unidades más reducidas pero numerosas como techos de casas de un barrio o pueblo que vayan generando su propio consumo eléctrico y vendiendo el exceso en ciertas horas del día.

En Argentina ya se están dando ejemplos interesantes. La Secretaría de Energía informa que el país cuenta con 1.167 proyectos de autogeneración que ya completaron su instalación, con 21,2 MW de potencia instalados y conectados a la red con medidores bidireccionales. Por ejemplo, la Escuela Pública de Educación Media Nº3 “Antonio Devoto” de la Ciudad de Buenos Aires, cuya terraza es un gran lugar para colocar los paneles, porque es muy alta y recibe luz solar prácticamente todo el día. Actualmente hay ocho escuelas en la ciudad con paneles solares que producen su propio consumo energético y vende a la red el sobrante.

Otro ejemplo es la ciudad de Armstrong, en la Pcia. de Santa Fe, con un consorcio público-privado entre la Cooperativa, el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y la Universidad Tecnológica Nacional, y que recibió un subsidio de parte del Estado Nacional. Se instaló una planta de 880 paneles solares, más unos 50 equipos en los techos de los usuarios.

La autogeneración distribuida, como estos casos en Argentina, debería generalizarse no solo en todo el país, sino en todo el mundo. Ella está destinada a satisfacer el consumo interno pero también a inyectar los excedentes en redes más amplias, permitiendo que los tradicionales compradores de energía se conviertan en proveedores, alivianando la carga de los grandes generadores, al tiempo que disminuyen el costo de los consumidores y apoyan el desarrollo de la conciencia ecológica.



Fuente: “Pequeños proyectos solares impulsan la transición energética en Argentina”, por Javier Lewkowicz, Mayo 11, 2023, Diálogo Chino, https://dialogochino.net/es/clima-y-energia-es/65654-proyectos-solares-impulsan-la-transicion-energetica-en-argentina/

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