BAJA ATMÓSFERA CALIENTE, ALTA ATMÓSFERA FRÍA
Un nuevo estudio encontró que, al tiempo que la baja atmósfera se calienta por los gases emitidos por el hombre, paradójicamente, la alta atmósfera se enfría rápidamente, preocupando a los científicos por las posibles consecuencias climáticas y sus efectos en los satélites y otros equipos espaciales.
Esta paradoja, si bien largamente predicha por los modelos climáticos, sólo ha sido recientemente corroborada cuantitativamente por los sensores satelitales. Estos descubrimientos despiertan temores fundados acerca del futuro de la capa de ozono, la seguridad de los satélites y otras naves espaciales, y el potencial de que estos rápidos cambios produzcan cambios no anticipados en el clima terrestre.
Cuando las capas superiores y menos densas de la atmósfera son infiltradas por CO2 y otros químicos creados por el hombre, alteran su temperatura, densidad, y composición química. En las capas inferiores de la atmósfera el CO2 absorbe la radiación solar elevando la temperatura. En las capas superiores una parte de los gases escapa al vacío, con lo que al expandirse el gas se produce una rápida reducción de la temperatura que lo contrae aumentando su densidad.
Recientes mediciones por satélite demuestran que las altas capas de la atmósfera están encogiéndose con aumento de su densidad. Si las capas inferiores de la atmósfera se densifican y contraen, las capas superiores se hacen menos densas y disminuyen la resistencia que el aire opone a los satélites y otros objetos en vuelo en esas capas. Esto preocupa a los científicos de la NASA que calculan que para 1970 esa resistencia se reducirá en una tercera parte, lo que, si bien hará que esos satélites duren más antes de caer a Tierra, también lo hará la basura satelital que durará más en vuelo, aumentando el peligro de colisiones con los satélites y otras naves satelitales.
Pero también existen otros perjuicios originados por el cambio en las capas atmosféricas. Por ejemplo, el frágil estado de la capa de ozono en la baja estratósfera que nos protege de la radiación y disminuye la posibilidad de cáncer de la piel.
Si bien la toma de conciencia acerca del problema hizo que algunos de los químicos destructores de la capa de ozono hayan sido limitados y que en la Antártida se haya recompuesto la capa, no ocurre lo mismo en el Ártico. Algunas de las zonas con futuros agujeros de ozono son de las más pobladas del mundo, incluyendo Europa Occidental y Central. Así, el enfriamiento de las capas superiores de la atmósfera estaría dando lugar a malas perspectivas respecto de la capa de ozono.
Pero la química no es la única preocupación de los meteorólogos. Ocurren cambios súbitos en los vientos en la estratósfera que afectan las condiciones climáticas a nivel de tierra. Estos cambios son bien conocidos pero lo que no se conoce tan bien son las consecuencias del enfriamiento de las altas capas de la atmósfera. Hacen falta muchos más datos y más desarrollo de modelos climáticos ante estas evidencias estratosféricas. Los datos son obtenidos por los satélites, algunos de los cuales están llegando al final de su vida útil y, al presente, no hay suficientes planes de sustitución.
Una cosa que estos estudios están poniendo de relieve es la constatación de que el CO2 antropogénico es uno de los principales causantes de los problemas climáticos que estamos sufriendo, y que la limitación de su generación es absolutamente urgente.
Fuente: “The Upper Atmosphere Is Cooling, Prompting New Climate Concerns”, by Fred Pearce, Mayo 18, 2023, Yale Environment 360, https://e360.yale.edu/features/climate-change-upper-atmosphere-cooling
Esta paradoja, si bien largamente predicha por los modelos climáticos, sólo ha sido recientemente corroborada cuantitativamente por los sensores satelitales. Estos descubrimientos despiertan temores fundados acerca del futuro de la capa de ozono, la seguridad de los satélites y otras naves espaciales, y el potencial de que estos rápidos cambios produzcan cambios no anticipados en el clima terrestre.
Cuando las capas superiores y menos densas de la atmósfera son infiltradas por CO2 y otros químicos creados por el hombre, alteran su temperatura, densidad, y composición química. En las capas inferiores de la atmósfera el CO2 absorbe la radiación solar elevando la temperatura. En las capas superiores una parte de los gases escapa al vacío, con lo que al expandirse el gas se produce una rápida reducción de la temperatura que lo contrae aumentando su densidad.
Recientes mediciones por satélite demuestran que las altas capas de la atmósfera están encogiéndose con aumento de su densidad. Si las capas inferiores de la atmósfera se densifican y contraen, las capas superiores se hacen menos densas y disminuyen la resistencia que el aire opone a los satélites y otros objetos en vuelo en esas capas. Esto preocupa a los científicos de la NASA que calculan que para 1970 esa resistencia se reducirá en una tercera parte, lo que, si bien hará que esos satélites duren más antes de caer a Tierra, también lo hará la basura satelital que durará más en vuelo, aumentando el peligro de colisiones con los satélites y otras naves satelitales.
Pero también existen otros perjuicios originados por el cambio en las capas atmosféricas. Por ejemplo, el frágil estado de la capa de ozono en la baja estratósfera que nos protege de la radiación y disminuye la posibilidad de cáncer de la piel.
Si bien la toma de conciencia acerca del problema hizo que algunos de los químicos destructores de la capa de ozono hayan sido limitados y que en la Antártida se haya recompuesto la capa, no ocurre lo mismo en el Ártico. Algunas de las zonas con futuros agujeros de ozono son de las más pobladas del mundo, incluyendo Europa Occidental y Central. Así, el enfriamiento de las capas superiores de la atmósfera estaría dando lugar a malas perspectivas respecto de la capa de ozono.
Pero la química no es la única preocupación de los meteorólogos. Ocurren cambios súbitos en los vientos en la estratósfera que afectan las condiciones climáticas a nivel de tierra. Estos cambios son bien conocidos pero lo que no se conoce tan bien son las consecuencias del enfriamiento de las altas capas de la atmósfera. Hacen falta muchos más datos y más desarrollo de modelos climáticos ante estas evidencias estratosféricas. Los datos son obtenidos por los satélites, algunos de los cuales están llegando al final de su vida útil y, al presente, no hay suficientes planes de sustitución.
Una cosa que estos estudios están poniendo de relieve es la constatación de que el CO2 antropogénico es uno de los principales causantes de los problemas climáticos que estamos sufriendo, y que la limitación de su generación es absolutamente urgente.
Fuente: “The Upper Atmosphere Is Cooling, Prompting New Climate Concerns”, by Fred Pearce, Mayo 18, 2023, Yale Environment 360, https://e360.yale.edu/features/climate-change-upper-atmosphere-cooling
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