UNA LUZ EN LA TORMENTA
1. Un fuerte impulso a
la energía renovable. Las promociones oficiales del gobierno de los EEUU
valuadas en miles de millones de dólares en acciones para reducir los gases
invernadero, apoyar la energía limpia y la electrificación se consideran como
la mayor inversión en la historia de los EEUU. Pero también el sector privado
ha venido haciendo inversiones sin precedentes. Estas acciones han puesto a los
EEUU al borde de cumplir con los contundentes objetivos climáticos internacionalmente
comprometidos.
2. Un punto de
inflexión en las emisiones producidas por la creación y uso de energía. El
mundo se encamina a alcanzar su punto de inflexión en esta actividad. La
energía de las renovables como la solar y la eólica han estado creciendo a
mayor velocidad que la demanda mundial de energía, lo que significa menores
emisiones y un acercamiento, por primera vez, a una tendencia de crecimiento
negativo de las emisiones del sector en lugar de su hasta ahora imparable crecimiento.
3. Juicios a los productores
de envases de un solo uso. Una reacción en contra de los plásticos no
retornables puede poner un freno a la producción incontrolada de unos 460
millones de toneladas de desechos plásticos, el 22% de los cuales es derivado a
las mal llamadas “reservas ecológicas”, o quemadas en piras al ambiente, o esparcidas
a los ambientes acuáticos o terrestres. Un número de juicios a industrias
productoras y consumidoras de elementos plásticos de un solo uso están haciendo
que estas revean sus políticas de producción y envasado.
4. Desmantelado de
represas en los EEUU. Los diques, si bien producen una gran cantidad de
energía renovable, presentan un número de inconvenientes ecológicos y sociales.
Estos inconvenientes, si bien factibles de superación, no serían, de ninguna
manera, sin costo. En ese país algunas represas han representado atropellos a
las comunidades indígenas al ocupar sus territorios y afectar su modo de vida y
cultura religiosa, y han causado daños a la biosustentabilidad.
5. El Tratado de
Protección de Mares Abiertos. Después de muchas negociaciones, finalmente
se llegó a un acuerdo para proteger a los océanos mundiales. Hasta ahora solo
el 1% de esas aguas se encuentran protegidas, y esto aun con limitaciones. El
tratado, alcanzado tras lentas discusiones, llegó a un acuerdo que, si bien muchos
consideran limitado y defectuoso, presta un marco para definir áreas marinas protegidas,
paso crucial hacia lograr, en algún momento, el objetivo de proteger el 30% de
los océanos mundiales para el año 2030.
6. La UE promete
luchar para evitar la deforestación. El bloque, mediante una regulación establecida
en Junio del 2023, está poniendo un freno a la importación de productos que
comprometan los esfuerzos por detener la deforestación. La expansión de producciones
tales como soja, carne vacuna, aceite de palma, madera, café y cacao, se logra,
a menudo, a costa de deforestación, y sus productos encontrarán serios
obstáculos para su importación a los países de la U.E., considerando que ese
bloque es el segundo importador de esos productos, después de China. Las
grandes empresas comercializadoras de esos productos deberán demostrar que sus cadenas
de abastecimiento no provienen de áreas deforestadas. Y se prevé que en algún
momento la regulación se extenderá a productos que provengan de sabanas o
humedales, y a cubrir más productos como el maíz y la avicultura.
7. Disminución de la
deforestación del Amazonas. Según el artículo que comentamos, la
deforestación de la Amazonía habría caído fuertemente. El nuevo gobierno de
Brasil prometió detener completamente la deforestación para el 2030 y tomar
medidas tales como el monitoreo de las acciones criminales como la forestería y
la minería ilegal. Colombia estaría moviéndose también en ese sentido.
8. Respetar los
derechos indígenas. También en Brasil se están reconociendo los derechos de
propiedad y habitación de varios pueblos indígenas y se establecieron seis
nuevas reservas en las que se prohibió la minería y se restringieron actividades
agrícolas que afectan a la ecología y el ambiente. Estas medidas tienden a
reconocer que quienes están en mejores condiciones de defender el ambiente son
los mismos que lo han ocupado y cuidado desde ancestro para su supervivencia, y
saben cómo hacerlo.
9. Ayuda económica a
países vulnerables. Estos países han venido pidiendo ayuda desde hace tres décadas,
pero los países ricos históricamente se resistieron por miedo a que se los haga
responsables del daño climático que ellos causaron. Finalmente en la COP28
acordaron lanzar el largamente esperado fondo para pérdidas y reparaciones (“loss
and damage fund”) y la concesión por
primera vez del muy esperado fondo por US$ 100.000 millones a los países que
sufrieron impactos climáticos. En este caso, para construir casas seguras en
Bangladesh.
Y en la misma COP28 se logró por primera vez una declaración
de 200 países con un objetivo de disminución en el uso de los combustibles
fósiles. Si bien muchos criticaron el acuerdo como débil e impreciso, por lo
menos fue un primer paso en un camino largo y difícil.
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