ARGENTINA, FRACKING Y TERREMOTOS


Hace más de veinte años que el mundo conoce que la práctica de la explotación de esquistos para obtener gas y petróleo conocida por su término en Inglés “fracking” (fractura) si bien permite obtener la muy apreciada forma de energía de los yacimientos - que, para la tecnología petrolera tradicional, en Argentina ya se encuentran prácticamente agotados - presentan también una cantidad de desventajas, entre las que figuran los movimientos sísmicos supuestamente causados por la actividad y la contaminación de la abundante agua utilizada por ese tipo de explotación.

Hay todavía cierta discrepancia sobre si el fracking causa más movimientos sísmicos o no, aunque la ciencia está cada vez más cerca de convencerse y convencernos de que sí los causa. Y el artículo que comentamos trata de demostrar que, en Argentina, los estaría causando. También acusa a las autoridades provinciales y a las empresas petroleras que explotan los esquistos en la provincia de Neuquén ocultar o, por lo menos restringir, los datos sismológicos disponibles. En ambos casos, cuando no tienen más remedio, aducen acuerdos secretos entre las empresas y la provincia para ocultar la transparencia que el público reclama y, ciertamente, merece.

Desde el punto de los activistas ambientales los reclamos de los pobladores de las zonas afectadas - mayormente comunidades mapuches - son dignos de tener en cuenta. Y debe reconocerse que las autoridades han ofrecido a aquellos pobladores efectivamente afectados principalmente por la seguridad edilicia de sus casas, una nueva casa en un sitio diferente. Es decir una relocación a casas más seguras; aunque, según muchos de ellos, las casas ofrecidas son más pequeñas y supuestamente de menor calidad constructiva. (Las casas afectadas en algunas de las fotografías que publica el artículo serían de construcción primitiva, como lo son habitualmente las de las comunidades nativas de la zona).

En este mismo blog nos hemos referido más de una vez a los inconvenientes atribuídos al fracking en otras partes del mundo, especialmente en los EEUU, donde no solo producirían movimientos sísmicos, sino contaminación del agua potable con hidrocarburos gaseosos provenientes del fracking, es decir, agua potable con fuerte olor a gas. En ese país, dadas las profundas reservas de hidrocarburos y la urgente necesidad de satisfacer la demanda interna de energía, se están desarrollando explotaciones por fracking a un ritmo vertiginoso. En Argentina, dice con razón el largo artículo que comentamos, “dado que el gas representa alrededor del 55 por ciento del consumo de energía, el aumento de la producción nacional de gas en 2023 le ahorró alrededor de US$ 2 mil millones al reemplazar las importaciones, principalmente de la vecina Bolivia”. Añade el artículo que “exportar GNL a países del sudeste asiático que se están alejando del carbón y a un mundo que se está alejando del gas ruso podría revertir el equilibrio energético de Argentina, convirtiéndola en un exportador neto y aportando las divisas necesarias para pagar decenas de miles de millones de dólares de su deuda soberana”. Ello en razón de que el complejo Vaca Muerta alberga la segunda reserva de gas de esquisto y la cuarta mayor de reservas de petróleo de esquisto del mundo. Podría considerarse, entonces, absurdo que un país al borde de una crisis energética y económica, no tratara de explotar esos recursos.  

Pero, obviamente, nada es gratis en la vida.

Dada la importancia social y ecológica de estos recursos estos tendrán que ser reconsiderados y, en razón de su importancia económica, tiene que poderse llegar a una posición equilibrada respetando al ser humano y los recursos del país. Para empezar, reclamar a las autoridades nacionales y a las empresas mayor transparencia en la actividad y ofrecer justas compensaciones por los riesgos que el país y sus habitantes enfrentan. Toda explotación minera está sujeta a intereses controvertidos y es obligación de la sociedad evitar enfrentamientos lógicos pero que se originan entre los intereses económicos y los sociales, frecuentemente los primeros por la necesaria búsqueda de maximización de las utilidades, y los segundos, muy reales, pero a menudo azuzados por motivos políticos e ideológicos. Es responsabilidad de todos los involucrados lograr un equilibrio razonado que resulte en beneficios humanos y económicos para toda la comunidad local y nacional del país.

Fuente: Fracking-Induced Earthquakes Are Menacing Argentina as Regulators Stand By”, por Katie Surna, Abr. 14, 2024, Inside Climate News, Justice and Health. https://insideclimatenews.org/news/14042024/argentina-fracking-earthquakes/

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