RECICLADO BIOLÓGICO DE RESIDUOS PLÁSTICOS


El mundo se está ahogando bajo montañas e islas de residuos plásticos y es imprescindible  poner un freno a su producción o lograr su desecho ecológico. O ambos. En este blog nos hemos ocupado del problema en otras ocasiones y hemos mencionado los principales métodos de la eliminación de esos desechos. Hoy nos ocuparemos brevemente de un método que hasta hace poco nos parecía inverosímil o por lo menos muy difícil: su desecho biológico. Nos parecía inverosímil, precisamente, porque una de la propiedades principales de los plásticos es la de ser inermes a las bacterias y de ser barreras biológicas.

El artículo que comentamos menciona que los científicos están revolviendo la basura en todo el mundo buscando bacterias, hongos y aún insectos que contienen o producen enzimas que descomponen algunos polímeros en sus bloques químicos constitutivos, los que pueden combinarse en una nueva molécula del plástico. Incrementando suficientemente la acción de esas enzimas el reciclado biológico ayudará a resolver el problema de los desechos plásticos, al transformarlos de un problema en un valioso recurso.

Un grupo de científicos japoneses describió, en el 2016, en un artículo científico, una nueva especie de bacterias llamada Ideonella sakaiensis que usa el plástico PET (polietilen tereftalato) como su principal fuente de energía y alimento. Entonces se intensificó enormemente la búsqueda de organismos capaces de digerir plásticos en todos los medios concebibles del mundo. En el 2021 un análisis en gran escala de más de 200 millones de genes encontrados en DNA flotando en todos los ambientes incluyendo los océanos, la tundra Ártica, sabanas, bosques, dio como resultado 30.000 enzimas diferentes con capacidad potencial de degradar plásticos. De allí están surgiendo posibilidades de combinar esos genes para hacer “cocktails enzímicos” capaces de degradar plásticos diferentes en un tiempo más corto. Para ello los científicos están acudiendo a la Inteligencia Artificial para diseñar enzimas con atributos especiales que despolimericen los pásticos más rápido, con menos exigencias respecto de los sustratos y que pueden soportar temperaturas más altas en el fundido y preparación previa del sustrato.

En cuanto al balance ecológico del reciclado biológico, este probó producir una menor huella de carbono que la producción de esos monómeros a partir de cero. Por ejemplo, el artículo que comentamos menciona que en el caso del PET, usando enzimas para obtener el monómero - el ácido teraftálico - genera un 43% menos de emisiones que cuando ese monómero se produce de cero.

Llevar a la práctica este método de reciclar los desechos plásticos está cada día más cerca. Ya hay por lo menos un par de empresas, una francesa y una australiana, que están desarrollando comercialmente el reciclado biológico de varias decenas de miles de toneladas anuales de PET para antes del 2005.

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