OLAS DE CALOR
Según el artículo que comentamos, “los climatólogos advierten que las olas de calor que se producían cada 50 años a finales del siglo XIX, son hoy hasta cinco veces más frecuentes”. Y algunos expertos en el clima estiman como posible que en ciertas regiones de Europa la temperatura del aire puede llegar a los 50ºC. También estiman que cuando esa temperatura pasa los 45ºC se producen aumentos de las muertes por golpe de calor del 30 – 40 %.
No es
novedad que las grandes ciudades son trampas de calor debido a sus estructuras de
hormigón preponderantes que se calientan durante el día y lo emiten calor durante
la noche. Y además de la situación en los ejidos urbanos, a nivel de la
agricultura, según estudios de la Agencia
Europea de Medio Ambiente, entre 1980 y 2022, las olas de calor causaron en
la Unión Europea daños económicos por valor de 1.300 millones de euros.
En cuanto a la temperatura de los océanos, a finales de 2023, la temperatura media de la
superficie del Mediterráneo ascendió a 28’7º, la más alta de su historia. “Según el Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre el Cambio Climático, este calentamiento será irreversible durante miles de años. Transformaciones de los ecosistemas, deshielo
de los polos y subidas
del nivel del mar son los efectos más evidentes de las
olas de calor marinas que, a diferencia de las terrestres, pueden
durar meses o incluso años”.
El artículo que comentamos concluye preguntándose; “Frente a la intensificación del calor
extremo actual provocado por el cambio climático, ¿estamos preparados para soportar las dramáticas olas
de calor que nos esperan? París
a 50 grados es posible”.
Estos aumentos de la temperatura del aire han estado
ocurriendo – y se teme que seguirán ocurriendo – en el resto del mundo,
agravadas por sequías no solo intensas sino extensas y perdurables, acompañadas
por lluvias torrenciales y otros fenómenos climáticos destructivos extremos.
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