ORGÁNICOS: CRECEN EN TODO EL MUNDO
LA AGRICULTURA ORGÁNICA CRECE EN TODO EL MUNDO (ENGLISH VERSION BELOW)
Según el diario The Christian Science Monitor (1) dos millones de los 1.500
millones de agricultores del mundo producen ahora orgánicamente, encontrándose
un 80 % de ellos en países en desarrollo.
El dato del número de agricultores orgánicos lo da la
Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (IFOAM) y se
encuentran ubicados principalmente en países en vías de desarrollo. India tiene
el mayor número, seguida por Uganda y Mexico. Al presente 164 naciones tienen
granjas orgánicas certificadas con una producción de US$ 63.900 millones (en el
año 2000 habían solo 86 países productores con una producción de US$ 16.200
millones).
Andre Leu, presidente de IFOAM expresa que “si bien los
94 millones de acres (47 millones de hectáreas) de superficie orgánica
certificada constituyen menos del 1% de la superficie agrícola total del globo,
los analistas del ramo opinan que el crecimiento de la superficie orgánica
certificada es significativo, puntualizando que, sin embargo, esas cifras “no
toman en cuenta el gran número de pequeños agricultores que usan métodos
orgánicos por default”. Lew añade que “cada año crece en 200.000 el número de
granjas certificadas orgánicas”. También subraya el hecho de que “mientras en
la mayoría de los lugares del mundo el número anual de agricultores disminuye
fuertemente, el de los productores orgánicos certificados crece”.
Joel Gruver, un profesor de ciencias del suelo de la Western
Illinois University, dice que aún cuando cada país tiene sus propias reglas de
certificación orgánica, “el conjunto general de ellas son prácticamente
similares entre sí”. Considerando las complicaciones que las regulaciones
orgánicas nacionales introducen en el comercio orgánico internacional, la
opinión del Prof. Gruver es ciertamente relevante al momento de considerar la
posibilidad de unificar esas regulaciones a través de la equivalencia.
No hay dudas de que para los consumidores la agricultura
orgánica presenta ventajas tanto en materia de impacto ambiental como en la
falta de residuos pesticidas. También influye en materia de consumo energético
y cambio climático, y aún “devuelve la conexión social del individuo con la
tierra; conexión que, según muchos, piensan que la agricultura de commodities
erosionó”.
En cuanto a la calidad nutricional de los alimentos
orgánicos que muchos creen sea francamente superior a la de los productos
agrícolas convencionales, no podemos dejar de mencionar que existe una gran
controversia ya que esa superioridad nutricional aún no ha sido comprobada
definitivamente.
Algunos críticos mencionan como un obstáculo el costo de
la certificación. Si bien en el caso de muy pequeñas unidades productivas esto
puede ser cierto, hay métodos y formas de evitarlo a través de la certificación
de grupos, incluyendo los que emplean Sistemas Internos de Control (SIC). O si
el objetivo es solo el mercado interno, los Sistemas Participativos de Garantía
(SPG) pueden ofrecer alguna reducción de costos de certificación. Además, para
la venta directa de productor a consumidor cuando estos últimos conocen
directamente al agricultor y confían en que emplea los principios orgánicos, la
certificación puede evitarse.
Finalmente, y aún cuando no estén certificados orgánicos,
tanto la agroecología como la agricultura integrada pueden mejorar la
sustentabilidad de la agricultura. Esto es especialmente en el caso de pequeñas
unidades primitivas en regiones en las que las necesarias habilidades de
registro para la certificación no están disponibles.
(1) ORGANIC FARMING CONTINUES
TO RISE ACROSS THE GLOBE, by Kendra Nordin, Christian Science Monitor, Feb. 17, 2015, as
seen in Google
Alerts, Feb.22, 2015)
Original article: http://www.csmonitor.com/World/Progress-Watch/2015/0217/Organic-farming-continues-to-rise-across-the-globe
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ORGANIC FARMING GROWS ACCROSS THE WORLD
According to The Christian Science Monitor (1) Two
million of the world’s 1.5 billion farmers are now producing organically, with
nearly 80 percent based in developing countries.
According to the International Federation of Organic
Agricultural Movements (IFOAM), 2 million of the world’s 1.5 billion farmers
are now producing organically, most based in developing countries. India boasts
the most certified organic producers, followed by Uganda and Mexico. Currently
164 nations have certified organic farms, powering an industry worth $63.9
billion. (In 2000, there were 86 countries with certified farms producing $15.2
billion.)
Andre Leu, president of IFOAM says that “while the 94
million acres of certified organic agricultural land constitutes less than 1
percent of total global agricultural land, industry analysts call the growth of
organics significant, also noting that the certified numbers fail to account
for the vast numbers of small-scale farmers who use organic methods by
default”. He adds that ”200,000 organic farmers become newly certified each
year”. Leu underscores the fact that
while in most places the number of conventional farmers sharply fall, in organic agriculture the
number of farmers grow.
Joel Gruver, a soil science professor at Western Illinois
University says that although each country has its own organic rules “the
general set of rules is very much the same”. Considering the complications that
individual national rules introduce in the international organic trade,
Gruver’s statement is quite relevant when striving to unify regulations through
equivalence.
There is no doubt that for consumers, organic farming
present advantages including environmental impact and low or lack of pesticide
residues. It also addresses concerns about energy consumption and climate
change, and even “restores a social connection to the land that many feel
commodity farming has eroded”.
Regarding nutritional
quality, although many believe it far superior to conventional farm products, it
is true that there is a lot of controversy since it hasn’t been definitely
proven.
Some critics mention as a deterrent the cost of
certification. Although in the case of very small holders this may be true,
there are ways to eskew this through group certification, including those with Internal
Control Systems (ICS). Or, just for the internal markets, Participatory
Guarantee systems (PGS) may offer some certification costs reduction. Finally,
for direct marketing when consumers know the farmer first hand, and trust that he applies organic principles
to production, certification could be avoided.
Finally, although not certified organic, both agroecology
and integrated agriculture may open the door to improve environmental
sustainability in agriculture. This is specially true in the case of large
numbers of tiny primitive farms in regions where the necessary skills for the
required registration process in certification lacks.
(1) ORGANIC FARMING CONTINUES
TO RISE ACROSS THE GLOBE, by Kendra Nordin, Christian Science Monitor, Feb. 17, 2015, as
seen in Google
Alerts, Feb.22, 2015)
Original article: http://www.csmonitor.com/World/Progress-Watch/2015/0217/Organic-farming-continues-to-rise-across-the-globe
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