AMAZONIA: CLIMA VS. ENERGÍA LIMPIA

Una vez más el mundo se enfrenta ante la discutible alternativa CLIMA vs. ENERGÍA LIMPIA, como si se tratara de cosas excluyentes. Y, por supuesto, se generan choques de intereses no solo económicos, sino de derechos humanos, sociales y hoy, más que nunca, climáticos y ecológicos.

 

En Mocoa, en el pedemonte Andino Amazónico de Colombia, rico en biodiversidad, metales estratégicos y en cultura indígena, la discusión surge frente a las polifacéticas apreciaciones de cada una de las partes en conflicto.

Por una parte surge la necesidad imperiosa de controlar el cambio climático mediante la reducción de emisiones sin afectar la provisión de energía. Por lo tanto, el desarrollo de la energía verde tiene un alto nivel de prioridad y urgencia. Este tipo de energía necesita de cantidades de metales estratégicos que existen, pero que no abundan, en el globo terráqueo.

Explotar esos yacimientos de metales estratégicos, obviamente, implica actuar sobre la naturaleza, su biodiversidad y, sin duda, sobre las estructuras socioeconómicas de los habitantes de esas zonas, incluyendo sus culturas, sus recursos de supervivencia y su derecho a emitir opinión sobre aquello que pueda amenazar sus derechos jurídicos.

En Mocoa la empresa canadiense Libero Copper planea extraer cobre, molibdeno y otros metales, lo cual causa fuertes controversias entre grupos indígenas y las autoridades locales acerca de los costos sociales de este proyecto catalogado como “minería verde”.

El tema es cuán verde es esta minería y cuáles son las repercusiones físicas, económicas y sociales que estamos dispuestos a afrontar.

Para varios conjuntos indígenas de la zona de las comunidades Inga, Kametsa y Nasa, y para muchos activistas ambientales, proteger a la región de la deforestación debería ser la prioridad. Y, además, cualquier actividad que se planee llevar a cabo en esa zona no puede aceptarse sin una consulta previa a esas comunidades.

Por otra parte, esas mismas comunidades no ignoran que la actividad minera traería ventajas económicas y sociales para las mismas. Mocoa tiene el mayor nivel de desempleo en la región Centro-Sur de Colombia, donde el 77% de la fuerza laboral es de carácter informal, por lo que muchos piensan en la minería como una solución a esos problemas. 

Varios miembros de las comunidades locales indígenas aprueban el proyecto de la empresa minera ya que el mismo abrirá vacantes de trabajo, oportunidades educacionales para sus hijos y el apoyo a los negocios locales. Obviamente, la estrategia de la empresa ha sido presentar las ventajas que brindará una nueva fuente de trabajo a la población semi desocupada y les ha estado brindando beneficios para ayudar a que la gente cubra mejor sus necesidades. 

Es más, debido a estas ventajas, otras comunidades indígenas temen que los agricultores abandonen su sistema indígena agroforestal, ya que será más fácil para ellos ganar un salario como trabajador no entrenado en la industria minera, llevando a la extinción de ese sistema cultural.

Pero si no se actúa urgente y decididamente sobre la reducción de emisiones de gases invernadero, el cambio climático provocando puntos de no retorno en la naturaleza afectará, tarde o temprano – y quizás más temprano que tarde – el equilibrio ecológico, amenazando, de todas maneras, la supervivencia del sistema indígena agroforestal.

Otras comunidades indígenas, en cambio, proponen alternativas otras que la minería. Por ejemplo, se ha propuesto la creación de una universidad, la promoción de la comunidad, el etno-turismo, y la creación de un mercado de productos agroecológicos. Esta postura ofrece la oportunidad de sostener un diálogo con la creación de modelos de economías alternativas.

En este caso, como en toda otra actividad, el problema de la minería en Mocoa depende de una relación costo-beneficio: el beneficio de obtener grandes cantidades de metales estratégicos que permitan un rápido desarrollo de la energía verde con un mejor control climático con todas sus virtudes, y el costo ecológico y humano de esos proyectos.

También es cuestión de magnitud, velocidad de concresión y costo de cualquier proyecto alternativo. Que una cosa es el ideal aspirado, y otra la realidad que permita llevarlo a cabo en un tiempo razonable.



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