PUNTOS DE INFLEXIÓN CLIMÁTICA POSITIVA

El agravamiento de la crisis climática lleva a casos en los que ocurren puntos de inflexión negativos descolocando puntos de equilibrio y llevándolos a situaciones irreversibles. Por ejemplo, la deforestación del Amazonas, la fusión de los casquetes polares y un cambio en los monzones de África Occidental, son umbrales críticos que, una vez cruzados pueden encerrarnos en un cambio climático autogenerado e irreversible.


Sin embargo, en un reciente estudio titulado “The Breakthrough Effect” presentado en la reunión económica mundial de Davos en enero, se sugiere la adopción de decisiones políticas que pueden llevar a puntos de inflexión climática positivos, constituyendo sendas esperanzas de controlar más rápidamente el calentamiento global. Estos puntos de inflexión positivos tienen el potencial de disminuir las emisiones de carbono no solo en un sector, sino en una cascada de puntos de inflexión positivos en varias industrias.

Uno de esos posibles puntos de inflexión positivos sería el uso de fertilizantes amónicos verdes sintetizados a partir de nitrógeno del aire e hidrógeno verde, es decir el obtenido a partir de electrólisis del agua mediante energías renovables. Los fertilizantes amónicos actualmente usados en cantidades enormes son producidos a partir de productos fósiles. Si ellos fueran producidos a partir de aire e hidrógeno verde, la reducción en emisiones nocivas sería enorme, al tiempo que impulsaría el desarrollo de la industria del hidrógeno verde, reduciendo su costo a niveles prácticos no solo para la agricultura, sino también para todo tipo de transporte terrestre, aéreo y marítimo. Si bien las inversiones para el desarrollo de la industria del hidrógeno verde son enormes, el potencial de auto reducción de emisiones sería altísimo.

Otro de los puntos de inflexión climática positivos mencionados por el informe, y en cierta manera relacionado con el anterior, sería la legislación para aumentar el uso de vehículos cero emisiones (VCE) en transporte liviano, sean eléctricos o a hidrógeno verde. El aumento del mercado de este tipo de vehículos permitiría una sensible reducción en su costo de producción y venta, “reforzando los ciclos de realimentación como fuerza dominante del mercado”.

Los autores mencionan que esta política fue muy eficiente en California, China y en las provincias canadienses de Quebec y Columbia Británica. Sin embargo, la realocación de capital necesario no solo para la producción de autos VCE eléctricos sino, y en especial, de las baterías, sería enorme. Hoy la producción de baterías se enfrenta a la relativa limitación en la disponibilidad de litio para su fabricación y, por supuesto, su muy alto costo de producción y desecho, los que podrían reducirse con el aumento de la escala de producción propuesta por la citada medida gubernamental. En cuanto a los VCE con hidrógeno verde como combustible implican avances tecnológicos accesibles pero no fáciles de alcanzar rápidamente.

La tercera medida política propuesta por los autores del informe es el reemplazo del consumo de proteína animal por proteínas de otros orígenes, por ejemplo vegetal, algas, o carne de laboratorio. No se trata de obligar a los consumidores a cambiar radicalmente su modo de vida y alimentación, sino que el efecto político debería darse en la adopción de la carne vegetal en instituciones como escuelas, hospitales, cárceles, ayudas alimentarias, etc. Los investigadores estiman que esta política de adopción de proteínas vegetales podría aumentar su mercado en un 20% en el 2035, lo que bajaría su costo por debajo del de la producción de proteínas animales. Y, obviamente, ayudaría a eliminar el pernicioso metano del ambiente.

El informe menciona que la adopción de carnes no animales liberaría entre 400 y 800 millones de hectáreas de tierra actualmente usadas en ganadería, equivalente a un 7-15% de toda la tierra dedicada a la agricultura, dejando más tierra disponible para el almacenamiento natural de carbono y disminuyendo la deforestación para aumentar la ganadería.

Los cambios propuestos no son ni fáciles ni inmediatos, tanto técnicamente como políticamente. E incluyen enormes movimientos de capital que dependen no solo de cálculos de rendimiento económico, sino también de ideologías y decisiones personales a una escala incalculable. Pero, como los autores del estudio dicen, que las propuestas sean difíciles no quiere decir que sean inalcanzables. Todo depende del nivel de riesgo climático y global por no adoptar a tiempo las decisiones correctas.



Comentarios