AVICULTURA E INFECCIONES ANTIBIÓTICO RESISTENTES.
Hace décadas que se ha encontrado una relación directa entre ciertas prácticas en la avicultura y enfermedades humanas antibiótico resistentes. Las enormes plantas de crianza usan rutinariamente antibióticos en la alimentación de las aves como preventivo y como aceleradores de crecimiento. Ese uso indiscriminado de los antibióticos hace que las bacterias desarrollen resistencia a ese antibiótico y así, cuando un humano contrae una infección usualmente tratada con ese antibiótico, ella no responde al tratamiento.
Hace también años que esas grandes industrias avícolas
reaccionaron mejorando la calidad de vida en los gallineros y muchas de ellas
declararon pomposamente que sus aves eran “libres de antibióticos”. Sin
embargo, la mayoría de esas plantas avícolas volvieron atrás en esa política, y
hoy quedan pocas que aún intentan llevarlas adelante.
El extenso y detallado artículo de Civil Eats que aquí comentamos analiza los detalles de esos
vaivenes en políticas de crianza avícola.
Dice el artículo del Civil
Eats: “Entre 2014 y 2018, el porcentaje de pollos criados sin
antibióticos aumentó del 3
por ciento al 52 por ciento , y la cantidad criada sin
antibióticos de importancia médica se disparó a más del 90 por ciento. El
Consejo de Defensa de los Recursos Naturales lo calificó como “una
historia de éxito sorprendente”, y organizaciones aliadas como PIRG
cambiaron su enfoque para reducir el uso de antibióticos en la carne de cerdo y
de res, donde todavía se
usan de manera rutinaria medicamentos de importancia médica en
los alimentos y el agua, en volúmenes mucho mayores”.
Pero agrega más adelante, “La historia del fin de la marcha constante
de la industria para eliminar los antibióticos de los alimentos para pollos es
complicada e involucra otros compromisos incumplidos, incluido el cambio a
criar razas de crecimiento más lento que requieren menos medicamentos”.
Entre los “compromisos incumplidos” se encuentra la mejora de los
galpones de crianza disminuyendo el número de animales por m2, el retiro más
frecuente de los excrementos, evitar la contaminación de los alimentos y el
agua, etc. Todos estos procedimientos son, sin duda, costosos, y afectan el
balance final de las empresas, cosa que a sus accionistas disgusta.
El otro gran objetivo, la adopción de razas de más lento crecimiento y
mayor resistencia a las enfermedades, si bien aparenta ser muy sensato, sus
resultados son algo controvertidos. No hay duda que los pequeños criadores
pueden adoptar todos los procedimientos de crianza recomendados, tales como la
adopción de razas más lentas y resistentes, una mucho menor densidad de aves en
los galpones, una crianza con salidas a pasturas naturales, una mayor higiene
general y, por qué no, una atención personalizada al plantel de aves. Pero,
obviamente, estas condiciones de crianza son muy difíciles – sino imposible –
de alcanzar cuando estamos hablando de producciones de 23.000 millones de kilos
de pollo en el 2023. El mercado consumidor avícola de los EEUU ha mostrado un “apetito
insaciable por nuggets, tiernos y pechugas deshuesadas y sin piel: en 2023, las
personas comieron un promedio de 101
libras (aprox 50 kg) de pollo, frente a 82 libras (aprox 40 kg) en 2013. Para
producir esa cantidad de pollo de manera constante para miles de millones de
personas, las empresas crearon un sistema que depende de antibióticos regulares
en el alimento y/o el agua”.
Resultado, según el artículo que
comentamos, en Estados Unidos, 2,8 millones de personas contraen actualmente
infecciones difíciles de tratar cada año y 35.000 mueren a causa de esas
infecciones.
La razón principal para el uso de
antibióticos en avicultura es la de combatir la enfermedad conocida como
coccidiosis, endémica en los galpones en los que se hacinan decenas de miles de
aves sobre sus desechos que también contaminan los alimentos y el agua. Esta
enfermedad aviar es prácticamente inexistente cuando la crianza se hace en
condiciones agroecológicas, cosa imposible de cumplir en avicultura industrial.
En la avicultura industrialo el uso de
medicinas coccidiostáticas es prácticamente inevitable a menos que se introduzcan
cambios radicales en todo el concepto de la avicultura industrial atacando
todos los frentes de infección y una genética adecuada.
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