DEFORESTACIÓN, EFECTOS SECUNDARIOS
Estudios científicos efectuados en la jungla Malaya, siguiendo cambios en más de 1.600 especies de plantas y animales, descubrieron que los ecosistemas forestales sufren repentinos cambios cuando la intensidad de la deforestación pasa ciertos umbrales. No todos los bosques explotados por la industria maderera sufren daños sin retorno.
En un bosque experimental de Borneo en el que diferentes
áreas del mismo fueron sujetas a diferentes intensidades de deforestación los
científicos encontraron que algunas poblaciones cambiaron en número tan pronto
el bosque empezaba a ser deforestado y que el número de un cuarto de las especies
que se observaban sufría un cambio en la frecuencia en las que ellas eran
observadas. Otras especies reaccionaron hasta que un 30% del bosque era
afectado seguida con una estabilización de ese número hasta que un 80% del
bosque se perdía. Después de lo cual otras especies empezaban a mostrar
disminución de su número y el bosque quedaba permanentemente afectado.
Este comportamiento, según los científicos, sugiere que
aunque los bosques son muy sensibles a la deforestación, ellos también tienen
la capacidad de recuperarse cuando menos de un 30% del mismo es cortado. Este
umbral podría ser una condición para definir si un proyecto de cosecha maderera
es ecológicamente sustentable. Los ecologistas del Imperial College de Londres que condujeron la investigación
sugieren que cuando las pérdidas en la biomasa son menores del 30% o no mayores
del 70%, ese el bosque es factible de recuperación y vale la pena introducir en
ellos cambios que permitan recuperarlos.
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