OZONO, AMENAZA PARA LA SOJA
Un reciente artículo citado en el
servicio informativo TodoAgro hace
referencia a un estudio llevado a cabo en la Facultad de Agronomía de la
Universidad de Buenos Aires (FAUBA), y dice textualmente: “El cultivo de soja, pilar de la economía
argentina, se encuentra amenazado por la contaminación con ozono troposférico
(O₃). Este gas surge de emisiones industriales y
del transporte, y a nivel global, se proyecta que su concentración aumentará un
25% hacia 2050”.
Todos conocemos la influencia del
ozono (O3) que se encuentra en las capas altas de la atmósfera sobre
las radiaciones que llegan a la Tierra y su influencia en distintos aspectos de
la biología terrestre. Pero si la cantidad de ese gas que se encuentra en la
atmósfera baja que nos rodea aumenta, se producirán cambios en el equilibrio de
la vida en la superficie. En el estudio que comentamos se comprobó que el peso
de los granos de soja se redujo en un 33%, un dato sorprendente que sin duda
afectará el rendimiento de los cultivos.
“Observamos que las
plantas sometidas al estrés por ozono florecieron cuatro días antes. Para
resistir el daño que produce el gas, las plantas desviaron recursos para
producir defensas antioxidantes y esto alteró su ciclo de vida”, explicó Natalia Cantelmi —docente de Zoología Agrícola en la FAUBA.
Obviamente, considerando la importancia del cultivo de la
soja para la Arge4ntina y las estimaciones de expertos climáticos respecto de la
posible concentración de ese gas en la atmósfera hacia el año 2050, se hace
imprescindible optar por técnicas agronómicas para paliar su efecto. La docente señaló que estos resultados son claves de cara al
futuro, y añade que: “Además de las sequías y las altas
temperaturas, el ozono troposférico será un factor más que los productores deberán
tener en cuenta para el manejo”.
Pero el ozono también podría modificar las relaciones entre
las plantas y los insectos que constituyen plagas para el cultivo de soja, especialmente
sobre Spodoptera Frugiperda. Dice la investigadora: “Quiero saber si el ozono modifica su comportamiento
alimentario y si esto complica aún más su manejo en los cultivos. Tenemos
indicios de que este estrés podría retrasar la respuesta química de las
plantas, volviéndose más vulnerables a los ataques de insectos”, afirmó la docente.”
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