OTRA VEZ LA PELEA POR EL ROTULADO OGM
ES EL ROTULADO TRANSGÉNICO OBLIGATORIO REALMENTE UNA VICTORIA DE LOS CONSUMIDORES? (Extraído de
un artículo por Darin Detwiler y Wendy Hess*, Quality Assurance & Food
Safety Magazine, [Oct. issue], Oct. 24, 2016) (English version below: IS MANDATORY GMO LABELING REALLY A VICTORY FOR CONSUMERS?)
Durante la última década numerosas encuestas conducidas por The New York Times, The Washington
Post, Consumer
Reports y otras fuentes revelaron que más del 90% de
quienes fueron consultados apoyan el rotulado de los alimentos genéticamente
modificados (OGM). El consumidor norteamericano claramente quiere saber qué hay
en los alimentos que ingiere.
Los Senadores Pat
Roberts (R-Kan.) y Debbie Stabenow (D-Mich.) introdujeron el proyecto de ley de
compromiso titulado Roberts-Stabenow Compromise Bill (S. 764) para crear un
estándar nacional obligatorio de alimentos OGM (bit.ly/2bAW4RS). La ley también modificaría el Agricultural
Marketing Act (Acta de Comercio Agrícola) de 1946.
Ambas
ramas del Congreso aprobaron el proyecto el 29 de julio del 2016 y la ley fue
sancionada con la firma del Presidente Obama. Lo cual representa un duelo entre
la legislación estatal y la federal ya que esta última se opone al Acta 120 del
estado de Vermont sancionada en 2014.
ROTULADO OGM. La nueva ley federal estableció un sistema de texto nacional descriptivo
obligatorio para alimentos envasados que contengan ingredientes OGM
estipulando:
1. Tres opciones de
rotulado de alimentos:
o Un código QR que necesita
de un smart phone para leerlo,
o Un símbolo a ser
desarrollado por el USDA, o:
o Una declaración que el
alimento contiene ingredientes genéticamente modificados.
2. Las “pequeñas” empresas
podrían proveer información OGM a través de una línea 0800 y la URL de un sitio
web exhibido en las etiquetas; empresas muy pequeñas estarían exentas completamente
de declarar los OGM . Ambos umbrales serían definidos por el Servicio de
Comercio Agrícola del USDA.
3. La ley permite que todo
alimento orgánico sea rotulado “no-OGM” sin
requerir testeo y verificación de que no contiene alguna contaminación con OGM.
4. En el caso de alimentos
no orgánicos que produzcan las compañías que quieran rotular “no-OGM” tendrán
que someterlos a un testeo por verificadores de tercera parte tal como el Non-GMO
Project, para asegurar que no contienen ninguna contaminación significativa de
OGM.
Desafortunadamente, con la sanción de esta ley el
debate sobre el rotulado de OGM no está concluido. La nueva ley federal
realimenta por lo menos una cuestión: si los OGM son seguros, porqué la
industria pelea tan cáusticamente contra su rotulado?
La gran industria se opone al rotulado de OGM. Tanto
la Grocery Manufacturers Association como el Food Marketing Institute tienen
más de un interés económico en el debate sobre el rotulado de OGM – no solo que
representan a las más grandes compañías alimenticias, sino que también tienen
un emprendimiento tecnológico conjunto llamado SmartLabel, que fuera promovido
como una de las opciones de rotulado en el proyecto de ley Roberts-Stabenow
Compromise Bill.
LA PERSPECTIVA DEL
CONSUMIDOR. Para los consumidores la cuestión es: el rotulado obligatorio de OGM satisfice su derecho
percibido a la información y a la libre elección? Además de los varios
resquicios que permiten un rotulado OGM inconsistente, algunos dicen que la ley
provee un “divisoria de aguas digital” mencionando la posible falta de interpretación
del código QR que requiere un “smart phone” o el acceso a internet para verificar el estatus OGM de productos de
consumo específicos envasados.
Si los beneficios a la industria alimenticia como
proveedores pesan más que los beneficios para todos los consumidores
como receptores y no solo para los privilegiados mejor situados respecto de la frontera
digital, entonces tenemos que reconsiderar si esta ley es realmente una victoria
de los consumidores.
(*) Darin Detwiler es Consultantor y
Profesor Adjunto, Asuntos Regulatorios de Alimentos y de la Industria
Alimentaria, Northeastern University (NU).Wendy
Hess es Consultora en Regulaciones de Alimentos y la Industria Alimentaria,
NU.
Artículo original (en
inglés): http://www.qualityassurancemag.com/article/is-mandatory-gmo-labeling-really-a-victory-for-consumers/
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IS MANDATORY GMO LABELING
REALLY A VICTORY FOR CONSUMERS? (Extracted from an article by
Darin Detwiler and Wendy Hess*, Quality Assurance & Food Safety Magazine, [Oct.
issue], Oct. 24, 2016)
Over the last decade, numerous polls,
conducted by The New York
Times, The Washington
Post, Consumer
Reports and other sources reveal that well
over 90% of those surveyed support the labeling of foods that have been
genetically modified. American consumers clearly want to know what is in the
food they eat.
In 2014, legislators in the state of Vermont passed a
GMO Labeling Law (Vermont Act 120) requiring that products
containing genetically engineered ingredients be labeled as such.
Shortly before the law was to take
effect, Senators Pat Roberts (R-Kan.) and Debbie Stabenow (D-Mich.) introduced
the Roberts-Stabenow Compromise Bill (S. 764) to create a mandatory, national
labeling standard for GMO foods (bit.ly/2bAW4RS). The bill also would amend the Agricultural
Marketing Act of 1946.
Both houses of Congress passed the bill and, on July
29, 2016, President Obama signed it into law. This represents a duel between
state and federal legislation as it preempts Vermont Act 120.
GMO LABELING. The newly minted federal law establishes a national, mandatory system
of disclosure for packaged foods that contain GMO ingredients and stipulates:
1. Three options for labeling GMO foods including:
·
A QR code
requiring a smart phone
·
A symbol to be
developed by USDA, or
·
A statement that
the food contains genetically modified ingredients.
2. “Small” companies would be allowed to provide GMO
information through 800 numbers and website URLs displayed on labels, and very
small food manufacturers would be exempt from the disclosure entirely. Both
thresholds are to be defined by the USDA’s Agricultural Marketing Service.
3. The law allows all organic foods to be labeled
“non-GMO” without any testing to see whether they contain any GMO
contamination.
4. Non-organic foods that companies want to label as
non-GMO will have to undergo testing and verification by third-party verifiers,
like the Non-GMO Project, to ensure that they do not have any significant GMO
content.
Unfortunately, with the signing of
this bill into law, the debate over GMO labeling is not over. The new federal
law refuels at least one fundamental lingering question: if GMOs are safe, why
did the food industry fight so hard against labeling?
Because big food industry
opposes GMO labeling. Both the Grocery Manufacturers Association and the Food
Marketing Institute have more than one economic driver in the GMO labeling
debate — not only do they represent major companies in the food industry, they
also have a joint technology venture called SmartLabel, which was embraced as
one of the GMO labeling options in the Roberts-Stabenow Compromise Bill.
CONSUMER PERSPECTIVE. For consumers, the question is: Does
mandatory GMO labeling really satisfy their perceived right to information and
free choice? In addition to the various loopholes allowing inconsistent GMO
labeling, some claim that the law provides a “digital divide” citing the lack
of access to a QR code requiring a smart phone or Internet access to look up
the GMO status of specific consumer packaged goods.
When the benefits to the
food industry as the sender outweigh the benefits to all consumers as receivers, not just
those with the privilege of sitting on the better side of the digital divide,
then we must rethink the designation of this law as a victory for consumers.
(*) Darin Detwiler is Consultant and Adjunct Professor, Regulatory Affairs of
Food and Food Industry, Northeastern University (NU).Wendy Hess is Regulatory
Consultant for the Food Industry; candidate for an MS degree in Regulatory
Affairs of Food and Food Industry, NU.
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