PUEBLOS ORIGINARIOS: DEFENSORES DEL PLANETA

Los pueblos y comunidades indígenas de las Américas, Indonesia y África se organizan para defender su supervivencia y la de su cultura y, a la vez, la del planeta, y piden que se les dé un lugar en el control del cambio global.


Los recursos naturales de los que los pueblos indígenas viven se ven amenazados por pequeños cambios de temperatura o lluvia, o por los aumentos del nivel de los océanos, sequías, incendios forestales, etc. A medida que la crisis climática se agrava, los activistas que luchan por proteger lo que queda de los bosques naturales se encuentran en riesgo de ser perseguidos por sus gobiernos, y amenazadas sus vidas.

Durante décadas los activistas indígenas han estado sonando la alarma, pero casi siempre sus advertencias son desoídas, razón por la cual se organizaron en la Alianza global de Comunidades Territoriales (Global Alliance of Territorial Communities) para defender los casi 3.500 millones de hectáreas del planeta que ocupan sus tribus. Afrontando dificultades de idioma y diferentes sistemas políticos y legales, la alianza definió cinco prioridades: derechos territoriales, previo consentimiento libre e informado antes de intervenciones en sus territorios, acceso directo a finanzas climáticas, protección de sus pueblos contra la violencia y las prosecuciones, y el reconocimiento de sus conocimientos en la lucha para la defensa del planeta.

El mes pasado, miembros de la alianza participaron de la Semana Climática en Nueva York, donde fueron reconocidos como una sola voz, defendieron sus derechos y reclamaron a los líderes mundiales acciones climáticas globales. Mencionaron las promesas incumplidas por los gobiernos y asociaciones internacionales, el desplazamiento de poblaciones para construir represas hidroeléctricas, las tierras avasalladas para dedicarlas a agricultura extensiva, ganadería, petróleo o minería u otras explotaciones ajenas a su cultura, desplazando desacralizando y desplazando sus sitios sagrados.

Los representantes de la Alianza agregaron que aun cuando no les llegó dinero de los programas del cambio climático, ellos se las arreglaron para desarrollar sus propios programas que están ayudando a las comunidades a mitigar y adaptarse a las consecuencias del calentamiento global. Cuánto más les sería posible lograr con más soporte financiero y político. Se quejaron de que ya no les están quedando tierras para criar sus animales y recoger las medicinas ancestrales de sus bosques, pues ya no están quedando bosques.

Concluyeron reclamando que un equilibrio social, humanitario y cultural, y que se les dé la oportunidad de poner sus conocimientos ancestrales al servicio de la defensa del planeta.

Fuente: “The Guardians of the Future”, Isvett Verde, 1 de Octubre de 2022, "The Guardians of the Future" (The New York Times)

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