ELECTRÓNICA Y ELECTROSENSIBILIDAD

CONTAMINACIÓN ELECTROMAGNÉTICA Y SALUD (extraído de un artículo escrito por el Dr. Manuel Portolés, (Doctor en Biología y coordinador del suplemento "Ciencia e Investigación" de Levante-El Mercantil Valenciano)

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Image: www.afinidadelectrica.com.ar 

Uno de los subproductos que genera el gran desarrollo tecnológico que vivimos, sobre todo en las grandes ciudades es la contaminación electromagnética o electropolución. Los aparatos eléctricos y electrónicos, que emiten radiaciones invisibles al ojo humano, nos rodean, desde electrodomésticos e instalaciones eléctricas caseras e industriales, a emisiones de radio y TV, torres de alta y media tensión e incluso las estaciones base de telefonía móvil, pueden afectar negativamente a nuestra salud.

De estas radiaciones se decía que eran inocuas ya que sólo producían pequeños efectos térmicos, o lo que es lo mismo, calentamiento celular, pero ya hace varios años que la literatura científica está evidenciando la existencia de efectos no térmicos. De estas radiaciones, son más negativas para el ser humano las que emiten los tendidos de alta tensión y sus transformadores y las que se emiten desde las estaciones base para la telefonía móvil.

Si lo que corre por nuestro sistema nervioso son corrientes eléctricas necesarias para desarrollar todas nuestras funciones, comprenderán que es posible que ciertas personas, que denominaremos "electrosensibles", puedan tener alterada su salud por la presencia en su cercanía de microondas de cierta intensidad. Se acuña por tanto en la literatura el término de "síndrome de las radiofrecuencias", caracterizado por cambios en la actividad eléctrica del cerebro y en la presión sanguínea y otras alteraciones psicofísicas.

Ya han aterrizado nuevos sistemas de transmisión de datos, sonido, vídeo e Internet en los teléfonos móviles basados en tecnologías GPRS o UMTS que necesitarán de las instalaciones ya establecidas (quizás con mayor frecuencia) o de otras nuevas a instalar.

En los EE.UU. advierten sobre todo a los adolescentes, consumidores compulsivos, de los riesgos que pueden suponer el abuso del teléfono móvil.

Comentarios del Editor del blog:

Existe en la naturaleza de la psicología humana una tendencia a exagerar las cosas, sobre todo porque el supuesto conocimiento de lo que en general no se conoce es uno de los componentes llamados “virales” de la comunicación: que sepamos más que la mayoría sobre un tema incrementa nuestro “valor” social y queremos demostrarlo (Jonah Berger, ‘Contagio’, Edit. Temas).

La posibilidad de que las radiaciones electromagnéticas sean dañinas se conoce desde hace mucho tiempo. Cuán dañinas, aún no se sabe con certeza matemática  pero hemos estado expuestos a ellas por lo menos desde que se ‘inventó’ la electricidad. Pero ocurre que hoy se ha hecho más intensa debido a la expansión del Wi-Fi y de la telefonía móvil, tecnologías basadas fundamentalmente en las ondas electromagnéticas.

Quizás sea poco probable que todos muramos directamente a causa de las ondas electromagnéticas, pero para aquellos individuos que tengan precondiciones físicas o especialmente neurológicas, el riesgo aumenta.

No exageremos, pero considerando el tiempo que los niños y adolescentes pasan frente a la computadora o abusan del celular, creo que sería necesario que los adultos no demos el mal ejemplo de ser adictos y protejamos a nuestros hijos de posibles riesgos.

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ELECTROMAGENTIC CONTAMINATION AND HEALTH (extracted from an article by Dr. Manuel Portolés, (Biology Doctor, coordinator of the supplement “Science and Invesdtigation” of Levante-El Mercantil Valenciano, Spain)

  Image: www.afinidadelectrica.com.ar 

One of the byproducts generated by the great technological  development, mainly in big cities, is the electromagnetic contamination or electro-pollution. The electric and electronic devices that emit radiations invisible to the human eye surround us, from domestic electric and electronic devises to industrial equipment for radio and TV emisions , high and medium tension towers, and also base installations for cell phones. These can affect negatively human health.

It was once said that these radiations were innocuous because they produced very little thermic effects, in other words,heating of the body cells. But for some time the scientific literature has been mentioning the existence of non-heat effects.  Among these radiations, the most dangerous ones for humans are the high tension transmisión networks and their transformers, as well as those emitted from the base facilities for cell pone communication.

If what it circulates in our nervous System are electric currents necessary to perform all our functions, it is understandable that certain people that we will call “electro sensitive” could have their health altered by the presence of microwaves of some intensity. The literature call these effects “radiofrequency syndrome”, characterized by changes in the electric activity of the brain, blood pressure and other psychophysic alterations.

New data transmission, sound, video and internet systems are appearing in cell phones based on GPRS or UMTS technologies that need of the already installed facilities (or with larger adoption of those systems) new ones to be set up.

In the US it is being warned, mainly to teenagers which are compulsive consumers, about the risks that may arise from the abuse of the use of cell phones

Comments by the Editor of the blog:

In the psychological nature of humans there is a tendency to exagerate, mainly because knowing what is generally unknown, is one of the so called ‘viral’ components of communication: when we know more than the most people increments our “social value” and we want to show it off (Jonah Berger, ‘Contagio’, Edit. Temas).

It has been known for a long time that the electromagnetic emisions are harmful. How much, we still do not know with certainty, but we have been exposed to them at least since electricity was ‘invented’. But it so happens that today they have become much more intense due to the expansion of Wi-Fi, mobile telephones, and other technologies mainly based in electromagentic waves.

It may not be very probable that we may all die becasue of electromagnetic waves, but for those individuals with physical and spedcially neurological preconditions the risk increases.

We should not exagérate, but considering the time that children and teenagers spend in front of the computer or using and abusing cell phones, it would be highly adviseable that us adults give the good example reasobably limitting te use of those appliances, protecting our children from potential risks.