TOXICOLOGÍA AMBIENTAL: ADAPTABILIDAD GENÉTICA
LOS HUMANOS PUEDEN DESARROLLAR RESISTENCIA GENÉTICA A TÓXICOS
AMBIENTALES.
(ENGLISH VERSION BELOW)
Los pobladores de San Antonio de los Cobres, Argentina, exhiben resistencia al arsénico. Su agua de bebida se encuentra contaminada con un nivel de arsénico 20 veces mayor que el considerado seguro. Científicos de la Universidad de Lund, Suecia, condujeron ensayos genéticos a los locales y encontraron que tienen una variación genética que metaboliza el arsénico.
Los pobladores de San Antonio de los Cobres, Argentina, exhiben resistencia al arsénico. Su agua de bebida se encuentra contaminada con un nivel de arsénico 20 veces mayor que el considerado seguro. Científicos de la Universidad de Lund, Suecia, condujeron ensayos genéticos a los locales y encontraron que tienen una variación genética que metaboliza el arsénico.
Image:
pueblo-san-antonio-de-los-cobres; www.turismoruta40.com.ar
Un artículo en la versión electrónica del diario
Británico MailOnline (1) explica que la gente que habita en la poco poblada
zona alrededor de San Antonio de los
Cobres, un pueblo en la región de la Puna en los altos Andes, Argentina,
parece haber desarrollado una forma de soportar el arsénico, metaloide altamente tóxico, en forma más eficiente. La
Dra. Karin Broberg, una investigadora en medicina ambiental de la
Universidad de Lund, Suecia, y sus colegas encontraron que en algún momento
entre 7.000 y 10.000 años atrás las poblaciones locales de la región sufrieron
algunos cambios genéticos que les
dieron más resistencia al arsénico.
La Dra.Broberg y sus
colegas, en un trabajo publicado en el journal Molecular
Biology and Evolution, dijo a MailOnline, que el arsénico que se encuentra en las rocas
volcánicas y en concentraciones mayores en algunos lugares llegó a las fuentes
de agua usada como bebida por esa población.
Los investigadores estudiaron el genoma de 124
mujeres Andinas habitantes de los alrededores de San Antonio de los Cobres
evaluando su habilidad de metabolizar el arsénico. Encontraron que un gen en particular - AS3MT – se cree
juega un rol en el metabolismo del arsénico ocurre en este caso en frecuencias
mayores en comparación con las de Colombia y Perú. Estima que el aumento de
este variante genético ocurrió alrededor de 10.000 a 7.000 años atrás,
basándose en las altas concentraciones de arsénico encontradas en el cabello de
una momia excavada en la región.
Otras poblaciones en
el mundo también exhiben esta particular variante AS3MT, y los investigadores dicen que sería un ejemplo de la adaptación de los humanos a un tóxico
ambiental – algo que se suele ver también en animales como las ratas.
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HUMANS CAN DEVELOP GENETIC TOLERANCE TO ENVIRONMENTAL TOXICS
Locals in San Antonio de los Cobres, Argentina have resistance to arsenic. Their water supply is contaminated with arsenic 20 times level deemed safe. Scientists at Lund University in Sweden conducted genetic tests on locals; inhabitants were found to have genetic variation that metabolises arsenic
An article in MailOnline (1) explains that people living in the sparsely populated area around San Antonio de los Cobres, a village high in the Andes in the Puna region of Argentina, appear to have developed a way of dealing with the poison more effectively. Dr Karin Broberg, a researcher in environmental medicine at Lunds University in Sweden, and her colleagues found that some time between 7,000 and 10,000 years ago, the local populations in the region underwent some genetic changes that have given a greater resistance to arsenic.
Locals in San Antonio de los Cobres, Argentina have resistance to arsenic. Their water supply is contaminated with arsenic 20 times level deemed safe. Scientists at Lund University in Sweden conducted genetic tests on locals; inhabitants were found to have genetic variation that metabolises arsenic
An article in MailOnline (1) explains that people living in the sparsely populated area around San Antonio de los Cobres, a village high in the Andes in the Puna region of Argentina, appear to have developed a way of dealing with the poison more effectively. Dr Karin Broberg, a researcher in environmental medicine at Lunds University in Sweden, and her colleagues found that some time between 7,000 and 10,000 years ago, the local populations in the region underwent some genetic changes that have given a greater resistance to arsenic.
Dr Broberg and
colleagues whose work is published in the journal Molecular
Biology and Evolution, told MailOnline, said that the arsenic is in the volcanic bedrock and at
some places in higher concentration and has then been released into springs
that are used for drinking water purposes.
The researchers studied the genome of 124 Andean
women living around the village of San Antonio de los Cobres screening them for
their ability to metabolise arsenic. They
found one gene in particular - AS3MT, which is thought to play a role in
arsenic metabolism - occurred in far higher frequencies compared to populations
living in Columbia and Peru. They estimate that the increase in this gene
variant occurred around 10,000 to 7,000 year ago based on high levels of
arsenic found in the hair of a mummy excavated in the region.
Other populations
around the world are known to carry this particular AS3MT gene variant, and the
researchers say this is an example of human adaptation to an environmental
poison - something that is often seen in animals such as rats.
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