LA AGRICULTURA ORGÁNICA PUEDE ESTAR DESBORDANDO SUS IDEALES

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LA AGRICULTURA ORGÁNICA PUEDE ESTAR DESBORDANDO SUS IDEALES (de un artículo por ELISABETH ROSENTHAL, publicado: diciembre 30, 2011 en Ther New York Times, citado por Google Alerts [googlealerts-noreply@google.com]; an.2, 2012).
       Foto: wikipedia.org
Aún cuando más y más consumidores Norteamericanos están comprando productos con el rótulo de ‘orgánico’, esos productos se van viendo más y más apartados del ideal orgánico tradicional, es decir, productos en los que no solo se hayan evitado los pesticidas, sino que también hayan sido cultivados localmente en pequeñas granjas de forma tal de proteger el ambiente.
El crecimiento explosivo de los cultivos de tomates orgánicos en México, por ejemplo, está poniendo presión en las napas subterráneas. En algunos lugares se han secado los pozos artesianos, por lo que los pequeños agricultores no pueden seguir cultivando. Y los tomates producidos en enormes granjas terminan en una cadena de distribución global con consumo intensivo de energía en el transporte hasta lugares como Nueva York o Dubai, con pronunciada emisión de emisiones que contribuyen al calentamiento global.
De ahora  y hasta la primavera (boreal), granjas desde Mexico a Chile y Argentina que producen alimentos orgánicos para los EEUU estarán en su más activa temporada de producción.
Muchos cultivadores y hasta grupos ambientalistas de Mexico defienden la agricultura orgánica de exportación, aún cuando reconocen que más de un tercio de los acuíferos de Baja California están categorizados como sobre-explotados por la autoridad Mexicana del agua. Con sistemas sofisticados de irrigación y estructuras de sombra, dicen, los productores están perfeccionámndose en la conservación del agua. Se están enfocando a microclimas cerca de acuíferos inexplotados, como los ubicados a la sombra de las montañas, dijo Fernando Frías, un especialista en aguas del grupo ambiental Pronatura Noroeste. También dicen que el negocio agrícola transformó positivamente la que antes fuera un área pobre de pequeñas granjas de subsistencia, y donde aún las áreas hoteleras y de turismo cerca de Cabo San Lucas están disminuyendo debido a la recesión.
Para llevar el sello orgánico del Departamento de los EEUU en sus productos, las granjas tanto de ese país como del extranjero deben cumplir con una larga lista de estándares que prohíben el uso de fertilizantes, hormonas y pesticidas. Pero esas listas hacen pocas referencias específicas a lo que puede llamarse genéricamente como sustentabilidad ambiental, aún cuando la ley del 1990 creó estándares que están supuestos a promover el balance ecológico y la diversidad, así como la salud del suelo y el agua.
Algunos redactores de normas orgánicas están comenzando a refinar sus criterios de manera tal que sus productos se acerquen más a sus ideales Naturales. Por ejemplo, el programa orgánico de la certificadora orgánica Sueca Krav permite que los productos cultivados en invernáculos lleven el sello orgánico solo si sus instalaciones consumen al menos un 80% de combustible renovable. Y el año pasado el NOSB (National Organic Standards Board del USDA) revió sus reglas que requiren que la leche pueda que llevar un rótulo ‘orgánico’, las vacas deben pastar por lo menos una porción del tiempo en pasturas naturales y no alimentadas en feedlots.  
Fuente: Una versión de este artículo apareció impreso en la edición del New York Times del 31 de Diciembre ppdo. en la pág. 1 bajo el titular: Organic Agriculture May Be Outgrowing Ideals.

ORGANIC AGRICULTURE MAY BE OUTGROWING ITS IDEALS (from an article by ELISABETH ROSENTHAL, Published: December 30, 2011 in Ther New York Times, cited by Google Alerts [googlealerts-noreply@google.com]; an.2, 2012).
But even as more Americans buy foods with the organic label, the products are increasingly removed from the traditional organic ideal: produce that is not only free of chemicals and pesticides but also grown locally on small farms in a way that protects the environment.
The explosive growth in the commercial cultivation of organic tomatoes here, for example, is putting stress on the water table. In some areas, wells have run dry this year, meaning that small subsistence farmers cannot grow crops. And the organic tomatoes end up in an energy-intensive global distribution chain that takes them as far as New York and Dubai, United Arab Emirates, producing significant emissions that contribute to global warming.
From now until spring, farms from Mexico to Chile to Argentina that grow organic food for the United States market are enjoying their busiest season.
Many growers and even environmental groups in Mexico defend the export-driven organic farming, even as they acknowledge that more than a third of the aquifers in southern Baja are categorized as overexploited by the Mexican water authority. With sophisticated irrigation systems and shade houses, they say, farmers are becoming more skilled at conserving water. They are focusing new farms in “microclimates” near underexploited aquifers, such as in the shadow of a mountain, said Fernando Frías, a water specialist with the environmental group Pronatura Noroeste.
They also point out that the organic business has transformed what was once a poor area of subsistence farms and where even the low-paying jobs in the tourist hotels and restaurants in nearby Cabo San Lucas have become scarcer during the recession.
To carry the Agriculture Department’s organic label on their produce, farms in the United States and abroad must comply with a long list of standards that prohibit the use of synthetic fertilizers, hormones and pesticides, for example. But the checklist makes few specific demands for what would broadly be called environmental sustainability, even though the 1990 law that created the standards was intended to promote ecological balance and biodiversity as well as soil and water health.
Some organic standard setters are beginning to refine their criteria so that organic products better match their natural ideals. Krav, a major Swedish organic certification program, allows produce grown in greenhouses to carry its “organic” label only if the buildings use at least 80 percent renewable fuel, for example. And last year the Agriculture Department’s National Organic Standards Board revised its rules to require that for an “organic milk” label, cows had to be at least partly fed by grazing in open pastures rather than standing full time in feedlots.
Source: A version of this article appeared in print on December 31, 2011, on page A1 of the New York edition with the headline: Organic Agriculture May Be Outgrowing Ideals.
Full article: http://www.nytimes.com/2011/12/31/science/earth/questions-about-organic-produce-and-sustainability.html?_r=1  

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