AUTOS VERDES: ¿CUÁN VERDES SON?
Los automóviles eléctricos producen menos emisiones que los de combustión interna, por los que se los tilda de “verdes”. Pero cuán verdes son en la realidad?
Los vehículos eléctricos están ganando gran popularidad porque se estima que son ambientalmente amigables. Se espera que su número alcance los 145 millones para el 2030. Pero hay quienes se preguntan si son tan amigables al clima como se los publicita.
Para conocer su verdadero nivel de amigabilidad con el ambiente debe tomarse en cuenta no solo el ahorro de emisiones en su funcionamiento, sino todo el ciclo de su vida útil incluyendo su proceso de fabricación y el efecto ambiental de la producción de las baterías. Y, por supuesto, la calidad ecológica de la energía que los impulsa.
La electricidad que carga sus baterías se toma de la red y, en la mayor parte del mundo, ésta es generada por usinas a carbón o a petróleo. Para ser verdes esa electricidad debe provenir de fuentes renovables.
También la energía empleada en la fabricación tanto del automóvil como de la batería debe ser renovable. Hoy estamos aún lejos de disponer de la suficiente energía renovable para satisfacer todos los procesos de producción a escala de un auto verde, incluyendo las baterías. Estas tienen, por supuesto, una vida útil y debe tomarse en cuenta su reemplazo o reciclado al fin de su vida útil – y ver si eso es económicamente factible. Un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts encontró que la batería y la energía en la fabricación de un auto eléctrico generan más emisiones que la fabricación de un auto convencional. Pero esos costos ambientales mayores son compensados por la mayor eficiencia energética de los vehículos eléctricos en el tiempo.
En resumen, el total de emisiones de un automóvil a batería se estima hoy que es de 200 g de CO2 /milla, pudiéndose reducir a 50 g/milla si se usan fuentes más limpias de energía y redes de distribución más eficientes. Un auto híbrido que no tome energía de la red estaría en un rango de 275 g CO2/milla, apuntándose a reducirla a lo sumo a 160 - 250 g/milla, claramente mayor que un automóvil eléctrico puro.
Una de las mayores fuentes de efluentes en un auto eléctrico son las baterías. Estas implican serios problemas ambientales y políticos de la minería del litio y el cobalto, cuestiones de economía de escala en su fabricación y el transporte - ya que a pesar de que hay una gran carrera internacional en la erección y operación de megaplantas, todavía no hay suficientes en ninguna parte del mundo – y, en su momento, lo será el reciclado de las baterías gastadas.
Obviamente, de todo lo anterior se deduce que los automóviles “verdes” todavía no son tan verdes. Son una ayuda en la lucha contra el cambio climático, y lo será mucho más en el futuro. Pero si la humanidad cree que el automóvil verde va a solucionar de la noche a la mañana todos o por lo menos la mayoría del problema de las emisiones, no será así, y habrá que empezar ya a prescindir un poco más del automóvil particular y a usar otros medios más eficientes de transporte.
Fuente: “Are electric cars ‘green’? The answer is yes, but it’s complicated”, by Saheli Roy Choudhury@SAHELIRC, JUL 26 2021, CNBC, Sustainable Future
Para conocer su verdadero nivel de amigabilidad con el ambiente debe tomarse en cuenta no solo el ahorro de emisiones en su funcionamiento, sino todo el ciclo de su vida útil incluyendo su proceso de fabricación y el efecto ambiental de la producción de las baterías. Y, por supuesto, la calidad ecológica de la energía que los impulsa.
La electricidad que carga sus baterías se toma de la red y, en la mayor parte del mundo, ésta es generada por usinas a carbón o a petróleo. Para ser verdes esa electricidad debe provenir de fuentes renovables.
También la energía empleada en la fabricación tanto del automóvil como de la batería debe ser renovable. Hoy estamos aún lejos de disponer de la suficiente energía renovable para satisfacer todos los procesos de producción a escala de un auto verde, incluyendo las baterías. Estas tienen, por supuesto, una vida útil y debe tomarse en cuenta su reemplazo o reciclado al fin de su vida útil – y ver si eso es económicamente factible. Un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts encontró que la batería y la energía en la fabricación de un auto eléctrico generan más emisiones que la fabricación de un auto convencional. Pero esos costos ambientales mayores son compensados por la mayor eficiencia energética de los vehículos eléctricos en el tiempo.
En resumen, el total de emisiones de un automóvil a batería se estima hoy que es de 200 g de CO2 /milla, pudiéndose reducir a 50 g/milla si se usan fuentes más limpias de energía y redes de distribución más eficientes. Un auto híbrido que no tome energía de la red estaría en un rango de 275 g CO2/milla, apuntándose a reducirla a lo sumo a 160 - 250 g/milla, claramente mayor que un automóvil eléctrico puro.
Una de las mayores fuentes de efluentes en un auto eléctrico son las baterías. Estas implican serios problemas ambientales y políticos de la minería del litio y el cobalto, cuestiones de economía de escala en su fabricación y el transporte - ya que a pesar de que hay una gran carrera internacional en la erección y operación de megaplantas, todavía no hay suficientes en ninguna parte del mundo – y, en su momento, lo será el reciclado de las baterías gastadas.
Obviamente, de todo lo anterior se deduce que los automóviles “verdes” todavía no son tan verdes. Son una ayuda en la lucha contra el cambio climático, y lo será mucho más en el futuro. Pero si la humanidad cree que el automóvil verde va a solucionar de la noche a la mañana todos o por lo menos la mayoría del problema de las emisiones, no será así, y habrá que empezar ya a prescindir un poco más del automóvil particular y a usar otros medios más eficientes de transporte.
Fuente: “Are electric cars ‘green’? The answer is yes, but it’s complicated”, by Saheli Roy Choudhury@SAHELIRC, JUL 26 2021, CNBC, Sustainable Future
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