ARGENTINA: AGRONEGOCIOS VS. BOSQUES
ARGENTINA: DESMONTE MASIVO – MIGRACIÓN DE NATIVOS
Son tierras del departamento de San martín, que habían sido protegidas por
un fallo de la Corte. Algunos empresarios hicieron firmar comodatos con
criollos y comunidades wichí que crían ganado y, de esa manera, habilitaron el
desmonte.
Image:
pobrezambiente.typad.com
SENTENCIA DE MUERTE PARA EL MONTE NATIVO EN ARGENTINA (de un
artículo en EcoticiasArgentina, Ecoticias [newsletter@ecoticias.com]; Ene.26,
2014)
Diez mil
hectáreas de monte nativo donde viven y trabajan campesinos y comunidades wichí
están a punto de ser arrasadas para ser destinadas a agronegocios. Se trata de
tierras ubicadas en el departamento salteño de San Martín, zona catalogada por
la provincia como territorios a conservar y que habían sido protegidos por un
fallo de la Corte Suprema de Justicia en 2008.
“La presión
de los agronegocios vale más que la Ley de Bosques y que los derechos humanos”,
denunció la organización Red Agroforestal Chaco Argentina (Redaf) y afirmó que
campesinos e indígenas fueron presionados para autorizar el avance de los
empresarios del agro. Desde la sanción de la Ley de Bosques (que fija
protección para el monte nativo), en Salta fueron arrasadas 360.000 hectáreas,
un promedio equivalente a 164 canchas de fútbol por día.
Para
ejecutar buena parte de la deforestación se utilizan grises de la ley. “No
todos los desmontes son ilegales, porque la provincia procede en muchos casos a
recategorizar las fincas de amarillo o rojo (zonas protegidas) a verde, para
luego aprobar los desmontes”, explicó Ana Alvarez, secretaria ejecutiva de la
Red Agroforestal, colectivo de organizaciones e investigadores del NOA y NEA.
El campo en
peligro se llama finca Cuchuy y el pedido de desmonte fue realizado por los
empresarios Alejandro Braun Peña (8962 hectáreas) y Gastón Larrán (1300
hectáreas).
Las familias
campesinas y wichí no contaron con asesoramiento jurídico sobre sus derechos. Y
firmaron en favor de los empresarios a cambio de diez casas para la comunidad
indígena y la “donación” de 300 hectáreas a las familias que siempre vivieron y
trabajaron las 10.000 hectáreas. Las cuatro familias campesinas que viven en el
lugar hace más de 50 años firmaron el “acuerdo” solicitado por los empresarios.
En dos casos firmaron con la huella dactilar porque no saben leer ni escribir.
El comodato señala que los empresarios le darán cinco hectáreas a cada una (20
hectáreas total). Los campesinos tienen como principal actividad la ganadería.
El estudio de impacto social en el expediente de la audiencia precisa que
cuentan con 578 cabezas de ganado.
Pero con las 20 hectáreas que firmaron sólo
podrán criar tres vacunos. “Esta supuesta ‘cesión de derechos’ implica no sólo
la pérdida de las 10.000 hectáreas de bosque, sino que además condenará a las
familias originarias y criollas a migrar, ya que el sostén de sus actividades
es inviable en los pequeños lotes a los que serán confinados”, advirtió la Red
Agroforestal.
El decreto
provincial 2789 prohibió los desmontes en regiones donde no se realizó el
relevamiento de territorios indígenas establecido en la Ley Nacional 26.160. El
relevamiento territorial no se realizó en la comunidad wichí Cuchuy, pero aun
así la provincia efectuó la audiencia para desmontar el territorio.
Finca Cuchuy
no es un caso aislado. Alvarez explicó que hay al menos cinco audiencias de
desmontes pautadas sólo para enero que afectarán otras 22.000 hectáreas.
Fuente
original: http://www.nodal.am
http://www.ecoticiasargentina.com/noticia/sentencia-de-muerte-para-el-monte-nativo-en-argentina_1288
Comentario del Editor del Blog:
Obviamente las triquiñuelas usadas para burlar la ley forestal y
las “negociaciones” para transformar tierras nativas en extensiones de
monocultivos no son sino otros de los ejemplos de falta de respeto por los
habitantes y el ambiente de esta tierra de bendición. Dejando de lado que por
lo menos en este caso no se ha desalojado a los residentes nativos a punta de
escopeta como lamentablemente ha venido ocurriendo en otras partes del país y
de América Latina, es preciso intentar ubicar objetivamente una situación
cuestionable.
Para empezar parece haber alguna incoherencia matemática. Si
se”negoció” con cuatro pobladores y se obtuvieron a cambio 300 hectáreas,
entonces no cierra que a cada uno de los cuatro pobladores se les hayan
“donado” 5 hectáreas (20 hectáreas en
total). Se supone que las otras 280 hectáreas se les donaron a los diez
pobladores a los que se les construyeron sendas casas; es decir, 28 heactáreas
a cada uno.
Obviamente ni cinco ni 28
hectáreas les permitirán continuar explotando 578 vacunos.
Por otra parte habría que ver de qué monte se trata; en primer
lugar porqué se lo caracterizó primero con código ‘rojo o amarillo’ para luego
recategorizarlo como ‘verde’ y, por lo tanto, desmontable. Daría la impresión
de que el monte natural quizás no fuera monte, sino matorrales de bajo valor forestal.
Desde ya, si mantenía 578 vacunos era quizás más de valor pastoril que
forestal.
De todas maneras valdría la pena investigar la actuación de las
autoridades provinciales respecto en primer lugar a la situación de indefensión
legal de los pobladores afectados. Y en segundo lugar, porqué en este caso no se realizó el
relevamiento de territorios indígenas dictaminado por el decreto provincial
2789 establecido por la Ley Nacional 26.160. La ley no está para proteger solo
a los poderosos sino también, y en especial, a los más débiles. Editor Ing. Jorge Casale.
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