GM: DEVELOPMENT OF Bt RESISTANCE
GM:
APRENDICES DE HECHICERO
Ir contracorriente de la Naturaleza es
absurdo; ella reacciona y se defiende. Manipulamos variedades GM para resistir
herbicidas y creamos super-malezas resistentes a esos herbicidas. Introducimos
genes insecticidas y creamos super insectos que resisten a las toxinas. La
oruga de las raíces del maíz es un ejemplo clásico de desarrollo de resistencia
al maíz Bt, constituyendo una seria amenaza para las dos terceras partes de
maíz de los EEUU. ENGLISH VERSION
BELOW.
Image: Tom Hlavati
VORAZ
ORUGA EVOLUCIONA PARA ALIMENTARSE DEL MAIZ GM CREADO PARA CONTROLARLA. (de un artículo por
Brandom Kein en www.wired.com/wiredscience, citado por The
Cornucopia Institute, Mar. 20, 2014)
Image:
Credit: Tom Hlavaty,
Cornucopia Institute
Años después de estar prediciendo que pasaría
– y luego de años de que las empresas, los productores y las autoridades las
ignoracen - los científicos documentaron
la rápida evolución de la oruga de las raíces del maíz Bt genéticamente
modificado para resistirla. Así nombrado por el gen que produce la toxina
pesticida del Bacillus thuringensis, el maiz Bt constituye hoy las tres cuartas
partes del maíz producido en los EEUU.
Plantado por primera vez en 1996, las
poblaciones de la oruga de la raíz y del barrenador del maíz, otra peste común
de ese cultivo, cayeron dramáticamente en todo el Medio Oeste norteamericano.
Los rendimientos crecieron y los agricultores redujeron el uso de pesticidas
convencionales que causan un gran perjuicio ecológico.
Pero los científicos que estudiaron la
evolución de la resistencia al insecticida estuvieron advirtiendo sobre
problemas inminentes. Si una oruga de la raíz sobrevive a la exposición de la
toxina Bt tendría el campo abierto en el cual reproducirse; así, si no se manejara
el cultivo adecuadamente, rápidamente emergería la resistencia.
Clave para
un manejo efectivo, dijeron los científicos, eran los refugios separados y
plantados con maiz no-BT. Dentro de esos espacios las orugas seguirían siendo
susceptibles a la toxina Bt y al copular con las orugas susceptibles en los
campos circundantes se prevendría el aumento de resistencia en los genes de la
colonia.
Pero las
recomendaciones de los propios científicos – un panel asesor reunido en el 2002
por la EPA (Agencia de Protección Ambiental de los EEUU) que sugirió que debía
separarse hasta un 50 % de la superficie cultivada para constituir estos
refugios no-Bt – fue resistido por los semilleros y eventualmente por la misma
EPA, la que estableció en una guía voluntaria para refugios la separación de
entre un 5 y un 20% de la superficie del cultivo. Muchos productores ni
siquiera siguieron esas recomendaciones. Y así fueron llegando denuncias de
infección con gusano de la raíz del maíz de los estados de IOWA, partes de
Illinois, Minnesota, Nebraska y Dakota del Sur. Se determinó que maíces
genéticamente modificados para producir múltiples toxinas Bt – las llamadas
variedades ’apiladas’ – no serían de
mucha ayuda para disminuir la velocidad de evolución de la resistencia del
gusano como se esperaba en un principio.
Además de
aumentar el tamaño de los refugios los productores necesitan también variar los
maíces plantados en sus campos en lugar de plantar maíz año tras año.
Hasta el
2010, año en que las objeciones de entomólogos organizados en las principales universidades
norteamericanas fozaron a los principales semilleros a permitir a
investigadores externos el estudio del maíz Bt, sus cultivos estuvieron fuera
del alcance de los investigadores. “Una
vez que tuvimos acceso legal la resistencia fue documentada en solo un año”,
dice el entomólogo Elson Shields de la Universidad de Cornell. “Antes de esto
pudimos comprobar fracasos pero no se nos permitió estudiar la resistencia”.
La aparición
de la resistencia de la oruga de la raíz se esperaba desde el principio, pero
el afán de ganancias inmediatas de la industria de las semillas transgénicas
hizo que los científicos privados fueran ignorados.
Artículo completo (en Inglés): http://www.cornucopia.org/2014/03/voracious-worm-evolves-eat-biotech-corn-engineered-kill/
Comentario del Editor del blog:
Vemos que las mismas compañías que proponen resolver el problema
del hambre del mundo por medio de los cultivos GM tratan de evitar los estudios
científicos independientes sobre sus maíces que ya están sufriendo serias bajas
en sus rendimientos. Estas empresas seguirán invirtiendo fortunas en el
desarrollo de nuevas variedades GM para superar este problema, protegiendo lo
invertido a través de patentes y así controlar la producción mundial de
alimentos. Y esto respaldadas por agencias oficiales que fueron creadas para
proteger a los agricultores y los consumidores, y no a la industria
biotecnológica.
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GM: SORCERER’S APPRENTICE
Going countercurrent Nature is absurd; Nature reacts and defends itself.
We manipulate GM varieties to resist herbicides and create super-weeds that
resist those herbicides. We introduce insecticide genes and create super-bugs
that resist those toxins. Corn rootworm is a classic example of developing
resistence to Bt constituting a serious threat to two thirds of the US corn
production.
VORACIOUS WORM EVOLVES TO EAT BIOTECH CORN ENGINEERED
TO KILL IT (from an article by Brandom Kein
in www.wired.com/wiredscience , cited by
The Cornucopia Institute, March 20, 2014)
After years of predicting it would happen — and after years of having
their suggestions largely ignored by companies, farmers and regulators —
scientists have documented the rapid evolution of corn rootworms that are
resistant to Bt corn. Named for the pesticidal toxin-producing Bacillus
thuringiensis gene it contains, Bt corn now accounts for three-quarters of the
U.S. corn crop.
First planted in 1996, Bt corn populations of rootworms and corn borers,
another common corn pest, had plummeted across the Midwest. Yields rose and
farmers reduced their use of conventional insecticides that cause ecological
damage.
But scientists who study the evolution of insecticide resistance
were warning of imminent problems. Any rootworm that could survive Bt exposures would have a wide-open
field in which to reproduce; unless the crop was carefully managed, resistance
would quickly emerge.
Key to effective management, said the scientists, were
refuges set aside and planted with non-Bt corn. Within these fields, rootworms
would remain susceptible to the Bt toxin. By mating with any Bt-resistant worms
that chanced to evolve in neighboring fields, they’d prevent resistance from
building up in the gene pool.
But the scientists’ own recommendations — an advisory
panel convened in 2002 by the EPA suggested that a full 50 percent of each corn
farmer’s fields be devoted to these non-Bt refuges — were resisted by seed
companies and eventually the EPA itself, which set voluntary refuge guidelines
at between 5 and 20 percent. Many farmers didn’t even follow those
recommendations. So, reports of rootworm-damaged Bt corn came in from Iowa, parts of Illinois, Minnesota, Nebraska and
South Dakota. Corn engineered to produce multiple Bt toxins — so-called stacked
varieties — won’t do much to slow the evolution of rootworm resistance, as was
originally hoped.
In addition to increasing refuge sizes, farmers also
need to vary the crops planted on their fields, rather than planting corn
season after season.
Until 2010, after organized objections by
entomologists at major agricultural universities forced seed companies to allow
outside researchers to study Bt corn, the crop was largely off-limits. “Once we
had legal access, resistance was documented in a year,” entomologist Elson
Shields of Cornell University said. “We were seeing failures earlier but were
not allowed to test for resistance”
Rootworm resistance was expected from the outset, but
the Bt seed industry, seeking to maximize short-term profits, ignored outside
scientists.
Full article: http://www.cornucopia.org/2014/03/voracious-worm-evolves-eat-biotech-corn-engineered-kill/
Comment by the blog’s Editor:
We see that the same companies that propose
solving world hunger using GM crops try to prevent independent scientific
insect resistance studies in their corns that are already affecting yields.
They will keep pouring fortunes developing new GM varieties to overcome this
problem, protecting their investment through patents, thus controlling world
food production. All this backed by official agencies that have been created to
protect farmers and consumers, not the biotech industry.
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