BEBES PREMATUROS Y EL AMBIENTE
PREMATUROS: SU RELACIÓN CON EL AMBIENTE (ENGLISH VERSION BELOW: PRETERMS AND THEIR RELATION TO THE ENVIRONMENT)
“Puesto que la ocurrencia de prematuros sucede con menos frecuentemencia en muchos lugares, nos da esperanzas de que podemos prevenirlos”, así lo muestra un video comentado en un artículo de Lynne Peeples publicado en Environmental Health News (*).
El creciente número de bebes prematuros no siempre es considerado suficientemente serio y tomado equivocadamente como una anomalía común de un embarazo normal. Si bien los nacimientos prematuros no deben ser necesariamente preocupantes, tampoco deberían ser tomados a la ligera, dado el riesgo de consecuencias más serias. Investigaciones recientes apuntan a tóxicos ambientales de la vida moderna muchos de los cuales pueden ser evitados o por lo menos minimizados con acciones individuales. Un video recientemente publicado explica que aún las exposiciones menores a algunos contaminantes pueden aumentar el riesgo de dar a luz anticipadamente. (El excelente video de 4 minutos está en inglés, pero la simplicidad del idioma y la claridad de los diagramas permiten comprenderlo sin mayores problemas; se recomienda verlo atentamente: https://vimeo.com/154259846 ).
Los siguientes son extractos textuales del artículo de Peeple en Environemental Health News:
El video explica las evidencias científicas de que el polvo, el plomo y otros polucionantes – especialmente en combinación, como se los encuentra habitualmente – pueden jugar un papel en los aproximadamente 15 millones de bebes nacidos prematuramente cada año en el mundo.
“Dado que estos [tóxicos] son insidiosos o invisibles, usualmente se los ignora. Pero ellos pueden tener graves efectos en el embarazo y en el desarrollo del niño” dice en el video Bruce Lanphear, un experto en salud ambiental de la Simon Fraser University en Columna Británica.
En los EEUU cerca de un bebe en 10 nace prematuro, y aproximadamente la mitad de los casos no pueden ser explicados por ya conocidos factores de riesgo tales como nacimientos múltiples, nutrición deficiente o infecciones (half of these early arrivals). Lanphear y otros expertos dicen que generalmente se ignoran los tóxicos ambientales, los que podrían ser causantes de la asombrsosa tasa de prematursos en ese país, entre las más altas del mundo desarollado, y hasta equivalente a las de algunos de los países en vías de desarrollo.
Las chances son significativas. Los bebes nacidos prematuramente enfrentan serias amenazas que van desde riesgos de supervivencia en las primeras semanas a riesgos de problemas médicos mayores en el futuro incluyendo diabetes y cardiopatías. Un estudio publicado en Octubre advirtió que menos semanas en el vientre materno podrían modificar el desarrollo cerebral del niño preparándolo potencialmente a problemas de aprendizaje, atención y psiquiátricos. Si bien la exposición de una mujer embarazada a pequeñas cantidades de un tóxico individual pueden reducir la permanencia del bebe en su vientre en solo tres a siete días, las consecuencias de exposiciones múltiples se suman.
Heather Burris, una neonatóloga de la Harvard Medical School, experta en exposiciones ambientales, lamenta la “desatención” al rol del ambiente en los nacimientos prematuros. Similar a lo que ocurre en la investigación de las causas de autismo previamente enfocadas solo en la genética, las exposiciones a los tóxicos están por fin saliendo a la luz.
La exposicón al plomo es solo una de los varias exposiciones ambientales que la gente atraviesa durante la gestación, dice Caroline Taylor, una experta en salud ambiental de la Universidad de Bristol. Los retardantes del fuego, los ftalatos y el bisfenol-A (BPA) se encuentran entre los tóxicos que están emergiendo entre los posibles culpables de nacimientos prematuros. Una exposición a altos niveles de polución de plovos aumentó el riesgo de nacimientos prematuros en un 19%.
Pero cómo estos tóxicos pueden afectar a la gestación, está siendo investigado en estos precisos momentos. Tracey Woodruff, directora del Programa en Salud Reproductiva y Ambiente, de la Universidad de California en San Francisco, está centrando su atención en los impactos potenciales en el desarrollo de la placenta, el sistema de soporte del feto. Las sustancias químicas puede mimetizar, y por lo tanto interferir, con los mensajeros hormonales (mimic, and thereby disrupt, natural hormone messengers). La implantación y el desarollo de la placenta y del resto de la arquitectura que conecta a la madre con el feto son guiados por las hormonas. Woodruff y otros expertos recomiendan a las mujeres embarazadas acciones para disminuir el riesgo de prematuros, eligiendo siempre que sea posible alimentos sin procesar y orgánicos, evitar el cigarillo, el alcohol y el uso de pesticidas en y alrededor del hogar. Sin embargo, muchas de las exposiciones peligrosas permanecen fuera del control individual.
Preguntas o comentarios sobre este artículo, contactar Brian Bienkowski en bbienkowski@ehn.org.
(*) VIDEO: "INSIDIOUS, INVISIBLE" IMPACTS ON BABY HEALTH (By Lynne Peeples; Environmental Health News, Feb. 10, 2016) http://www.environmentalhealthnews.org/ehs/news/2016/feb/toxic-chemicals-exposure-premature-preterm-births (En ingles)
PRETERMS AND THEIR RELATION TO
THE ENVIRONMENT
“Because preterm birth occurs less frequently in many places, it gives us hope that we can prevent it,” shows a video commented in an article by Lynne Peeples published in Environmental Health News (*).
The increasing number of preterm babies are not always considered seriously enough, wrongly taken as just a current anomaly of normal pregnancy. Although not a matter of unnecessary concern, they should not be plainly disregarded because of the risk of more serious consequences. Recent research has pointed out to environmental toxics in modern life many of which can be avoided or at least minimized with voluntary actions. A video just released explains that even mild exposures to some contaminants may raise a pregnant woman’s risk of delivering her baby too soon. (https://vimeo.com/154259846 ).
The following are textual exerpts from Peeples’s article in Environemental Health News:
The video draws on emerging scientific evidence that particulate matter, lead and other pollutants — especially in combination, as they’re typically encountered — may play a role in the approximately 15 million babies born preterm every year around the world.
“Because these [toxics] are insidious, or invisible, they are easily dismissed or ignored. But they can have grave effects on pregnancy and a child’s development,” Bruce Lanphear, an environmental health expert at Simon Fraser University in British Columbia, says in the video.
Nearly one in 10 babies in the U.S. is born preterm. About half of these early arrivals cannot be explained by known risk factors, such as multiple births, poor nutrition or infections. Lanphear and other experts say environmental toxics are generally overlooked and could be contributing to the nation’s staggering rate — among the highest in the developed world, even rivaling some developing countries.
The stakes are significant. Babies born prematurely face serious challenges, from uncertain survival through the first weeks of life to greater risks for future medical troubles including diabetes and heart disease. A study published in October warned that fewer weeks in the womb could derail brain development, potentially setting a child up for learning, attention and psychiatric problems. While a pregnant woman’s exposure to small amounts of any single toxic may trim her child’s time in the womb by only three to seven days, he explains, the toll from multiple exposures can add up.
Heather Burris, a neonatologist and expert in environmental exposures at Harvard Medical School lamented a general “under-appreciation” for the environment’s role. But much like research into the causes of autism, which had previously focused almost solely on genetics, toxic exposures may finally be coming into the spotlight.
Lead is only one of a number of environmental exposures people come across during pregnancy,” says Caroline Taylor, an environmental health expert at the University of Bristol. Flame retardants, phthalates and bisphenol-A (BPA) are among other toxics emerging as possible culprits in early births. And exposure to high levels of particulate air pollution raised the risk of preterm births by 19 percent.
Just how these toxics might wreak their havoc on gestation is also under investigation. Tracey Woodruff, director of the University of California, San Francisco Program on Reproductive Health and the Environment, is eyeing potential impacts on the development of the placenta — the support system for the fetus. Chemicals may mimic, and thereby disrupt, natural hormone messengers. And the implantation and development of the placenta, along with the rest of the architecture that connects mother to fetus, are guided by hormones.
She and other experts recommend pregnant women take steps to lower their risk of giving birth preterm, from choosing unprocessed and organic foods, when possible, to avoiding smoking, alcohol and the use of pesticides around their home. Yet many exposures remain out of an individual’s control.
For questions or feedback about this piece, contact Brian Bienkowski at bbienkowski@ehn.org.
(*) VIDEO: "INSIDIOUS, INVISIBLE" IMPACTS ON BABY HEALTH (By Lynne Peeples; Environmental Health News, Feb. 10, 2016) http://www.environmentalhealthnews.org/ehs/news/2016/feb/toxic-chemicals-exposure-premature-preterm-births
“Puesto que la ocurrencia de prematuros sucede con menos frecuentemencia en muchos lugares, nos da esperanzas de que podemos prevenirlos”, así lo muestra un video comentado en un artículo de Lynne Peeples publicado en Environmental Health News (*).
Image:elsol.com.bo
El creciente número de bebes prematuros no siempre es considerado suficientemente serio y tomado equivocadamente como una anomalía común de un embarazo normal. Si bien los nacimientos prematuros no deben ser necesariamente preocupantes, tampoco deberían ser tomados a la ligera, dado el riesgo de consecuencias más serias. Investigaciones recientes apuntan a tóxicos ambientales de la vida moderna muchos de los cuales pueden ser evitados o por lo menos minimizados con acciones individuales. Un video recientemente publicado explica que aún las exposiciones menores a algunos contaminantes pueden aumentar el riesgo de dar a luz anticipadamente. (El excelente video de 4 minutos está en inglés, pero la simplicidad del idioma y la claridad de los diagramas permiten comprenderlo sin mayores problemas; se recomienda verlo atentamente: https://vimeo.com/154259846 ).
Los siguientes son extractos textuales del artículo de Peeple en Environemental Health News:
El video explica las evidencias científicas de que el polvo, el plomo y otros polucionantes – especialmente en combinación, como se los encuentra habitualmente – pueden jugar un papel en los aproximadamente 15 millones de bebes nacidos prematuramente cada año en el mundo.
“Dado que estos [tóxicos] son insidiosos o invisibles, usualmente se los ignora. Pero ellos pueden tener graves efectos en el embarazo y en el desarrollo del niño” dice en el video Bruce Lanphear, un experto en salud ambiental de la Simon Fraser University en Columna Británica.
En los EEUU cerca de un bebe en 10 nace prematuro, y aproximadamente la mitad de los casos no pueden ser explicados por ya conocidos factores de riesgo tales como nacimientos múltiples, nutrición deficiente o infecciones (half of these early arrivals). Lanphear y otros expertos dicen que generalmente se ignoran los tóxicos ambientales, los que podrían ser causantes de la asombrsosa tasa de prematursos en ese país, entre las más altas del mundo desarollado, y hasta equivalente a las de algunos de los países en vías de desarrollo.
Las chances son significativas. Los bebes nacidos prematuramente enfrentan serias amenazas que van desde riesgos de supervivencia en las primeras semanas a riesgos de problemas médicos mayores en el futuro incluyendo diabetes y cardiopatías. Un estudio publicado en Octubre advirtió que menos semanas en el vientre materno podrían modificar el desarrollo cerebral del niño preparándolo potencialmente a problemas de aprendizaje, atención y psiquiátricos. Si bien la exposición de una mujer embarazada a pequeñas cantidades de un tóxico individual pueden reducir la permanencia del bebe en su vientre en solo tres a siete días, las consecuencias de exposiciones múltiples se suman.
Heather Burris, una neonatóloga de la Harvard Medical School, experta en exposiciones ambientales, lamenta la “desatención” al rol del ambiente en los nacimientos prematuros. Similar a lo que ocurre en la investigación de las causas de autismo previamente enfocadas solo en la genética, las exposiciones a los tóxicos están por fin saliendo a la luz.
La exposicón al plomo es solo una de los varias exposiciones ambientales que la gente atraviesa durante la gestación, dice Caroline Taylor, una experta en salud ambiental de la Universidad de Bristol. Los retardantes del fuego, los ftalatos y el bisfenol-A (BPA) se encuentran entre los tóxicos que están emergiendo entre los posibles culpables de nacimientos prematuros. Una exposición a altos niveles de polución de plovos aumentó el riesgo de nacimientos prematuros en un 19%.
Pero cómo estos tóxicos pueden afectar a la gestación, está siendo investigado en estos precisos momentos. Tracey Woodruff, directora del Programa en Salud Reproductiva y Ambiente, de la Universidad de California en San Francisco, está centrando su atención en los impactos potenciales en el desarrollo de la placenta, el sistema de soporte del feto. Las sustancias químicas puede mimetizar, y por lo tanto interferir, con los mensajeros hormonales (mimic, and thereby disrupt, natural hormone messengers). La implantación y el desarollo de la placenta y del resto de la arquitectura que conecta a la madre con el feto son guiados por las hormonas. Woodruff y otros expertos recomiendan a las mujeres embarazadas acciones para disminuir el riesgo de prematuros, eligiendo siempre que sea posible alimentos sin procesar y orgánicos, evitar el cigarillo, el alcohol y el uso de pesticidas en y alrededor del hogar. Sin embargo, muchas de las exposiciones peligrosas permanecen fuera del control individual.
Preguntas o comentarios sobre este artículo, contactar Brian Bienkowski en bbienkowski@ehn.org.
(*) VIDEO: "INSIDIOUS, INVISIBLE" IMPACTS ON BABY HEALTH (By Lynne Peeples; Environmental Health News, Feb. 10, 2016) http://www.environmentalhealthnews.org/ehs/news/2016/feb/toxic-chemicals-exposure-premature-preterm-births (En ingles)
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“Because preterm birth occurs less frequently in many places, it gives us hope that we can prevent it,” shows a video commented in an article by Lynne Peeples published in Environmental Health News (*).
The increasing number of preterm babies are not always considered seriously enough, wrongly taken as just a current anomaly of normal pregnancy. Although not a matter of unnecessary concern, they should not be plainly disregarded because of the risk of more serious consequences. Recent research has pointed out to environmental toxics in modern life many of which can be avoided or at least minimized with voluntary actions. A video just released explains that even mild exposures to some contaminants may raise a pregnant woman’s risk of delivering her baby too soon. (https://vimeo.com/154259846 ).
The following are textual exerpts from Peeples’s article in Environemental Health News:
The video draws on emerging scientific evidence that particulate matter, lead and other pollutants — especially in combination, as they’re typically encountered — may play a role in the approximately 15 million babies born preterm every year around the world.
“Because these [toxics] are insidious, or invisible, they are easily dismissed or ignored. But they can have grave effects on pregnancy and a child’s development,” Bruce Lanphear, an environmental health expert at Simon Fraser University in British Columbia, says in the video.
Nearly one in 10 babies in the U.S. is born preterm. About half of these early arrivals cannot be explained by known risk factors, such as multiple births, poor nutrition or infections. Lanphear and other experts say environmental toxics are generally overlooked and could be contributing to the nation’s staggering rate — among the highest in the developed world, even rivaling some developing countries.
The stakes are significant. Babies born prematurely face serious challenges, from uncertain survival through the first weeks of life to greater risks for future medical troubles including diabetes and heart disease. A study published in October warned that fewer weeks in the womb could derail brain development, potentially setting a child up for learning, attention and psychiatric problems. While a pregnant woman’s exposure to small amounts of any single toxic may trim her child’s time in the womb by only three to seven days, he explains, the toll from multiple exposures can add up.
Heather Burris, a neonatologist and expert in environmental exposures at Harvard Medical School lamented a general “under-appreciation” for the environment’s role. But much like research into the causes of autism, which had previously focused almost solely on genetics, toxic exposures may finally be coming into the spotlight.
Lead is only one of a number of environmental exposures people come across during pregnancy,” says Caroline Taylor, an environmental health expert at the University of Bristol. Flame retardants, phthalates and bisphenol-A (BPA) are among other toxics emerging as possible culprits in early births. And exposure to high levels of particulate air pollution raised the risk of preterm births by 19 percent.
Just how these toxics might wreak their havoc on gestation is also under investigation. Tracey Woodruff, director of the University of California, San Francisco Program on Reproductive Health and the Environment, is eyeing potential impacts on the development of the placenta — the support system for the fetus. Chemicals may mimic, and thereby disrupt, natural hormone messengers. And the implantation and development of the placenta, along with the rest of the architecture that connects mother to fetus, are guided by hormones.
She and other experts recommend pregnant women take steps to lower their risk of giving birth preterm, from choosing unprocessed and organic foods, when possible, to avoiding smoking, alcohol and the use of pesticides around their home. Yet many exposures remain out of an individual’s control.
For questions or feedback about this piece, contact Brian Bienkowski at bbienkowski@ehn.org.
(*) VIDEO: "INSIDIOUS, INVISIBLE" IMPACTS ON BABY HEALTH (By Lynne Peeples; Environmental Health News, Feb. 10, 2016) http://www.environmentalhealthnews.org/ehs/news/2016/feb/toxic-chemicals-exposure-premature-preterm-births
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