AMAZONAS: CÓMO MUERE LA SELVA

El río Acre en el sudeste del Amazonas está casi seco después de cinco meses de sequía; la supervivencia de las poblaciones depende del agua potable que le es llevada en camiones tanque. Esta situación fue prevista por los científicos que advertían que el Amazonas estaba acercándose rápidamente al tipping point (Punto de No Retorno) debido a la deforestación que desencadenaba una serie de consecuencias sucesivas que matarían los pocos parches de foresta que quedaban.


Se estima que cuando se pierda entre el 20 y el 25% de la foresta, también se perdería una gran parte del Amazonas. Y también se perdería un incalculable sumidero de carbono. Tal es así que algunas partes el Amazonas se transformaron de sumideros en emisores de carbono, con incalculables efectos sobre el cambio climático.

En Rio Branco, estado de Acre, la selva ya dio paso a una sabana ganadera, y el clima cambió, de tal forma que en las temporadas lluviosas se producen inundaciones.

En una didáctica infografía, este artículo explica que “la selva Amazónica es un ecosistema relacionado al viento y a la lluvia. Los árboles absorben la lluvia y la devuelven a la atmósfera en un proceso de reciclado conocido como evapotranspiración.

Los vientos transportan esta humedad del aire hacia lo profundo de la selva donde vuelve a su estado de lluvia, y así siguiendo.

Durante la época seca la selva es especialmente dependiente de sí misma para sobrevivir: las raíces profundas bombean la humedad almacenada en el suelo, la que es luego liberada por los poros de las hojas de los árboles.

La deforestación corroe el Sistema. Menos árboles significa menos evapotranspiración y menos lluvia: menos humedad es transportada a lo profundo de la selva. Y una selva más seca y cálida es más vulnerable al fuego y a la sequía.

En este caso, especies foráneas más resistentes a condiciones de sequía empiezan a ganar preeminencia y el calentamiento global acelera el proceso. La selva tropical ya no es capaz de mantener el sistema hidráulico del cual depende. El daño se acelera y se extiende, y se van alcanzando los puntos de no retorno locales, poniendo en peligro más selva”.

Rio Branco es, según el artículo, particularmente vulnerable a esta secuencia. Está distante del Atlántico, depende de la humedad reciclada, y se encuentra en el límite oeste del arco de deforestación donde se concentran las tres cuartas partes de las pérdidas forestales del Amazonas.

En esta secuencia el redactor y sus colaboradores pintan con dramáticos brochazos el calvario de los residentes de los barrios aledaños de Rio Branco en una pintura oscura pero realista del futuro de la selva Amazónica y, en consecuencia, del mismo Globo ante los atropellos antropogénicos de una humanidad enceguecida por las utilidades inmediatas y una cultura moral en bancarrota.



Fuente: Secuencia de The Washington Post, “As the Amazon rainforest goes dry, a desperate wait for water”, Story by Terrence McCoy, Photos and videos by Alexandre Cruz-Noronha for The Washington Post, Graphics by Simon Ducroquet and John Muyskens, Nov. 18, 2022, The Washington Post. https://www.washingtonpost.com/world/interactive/2022/amazon-brazil-tipping-point/?itid=hp-top-table-main_p001_f003

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