SLOW FOOD Y COP27 (UNA OPINIÓN)

El movimiento SLOW FOOD emitió un comunicado de prensa comentando las conclusiones de la reciente convención climática mundial COP27 que tuvo lugar en Egipto.

En ese comunicado, el movimiento, aun reconociendo que en la agenda de la convención se le dio más importancia que otras veces a los alimentos y a la agricultura, opina que las soluciones propuestas no comprometen lo que consideran un status quo perjudicial de los sistemas agrícolas actuales y critica lo que considera una sobre-representación en la convención de los intereses de la gran industria agroalimentaria a la que considera lobistas de la industria petrolera. 


Apunta que no se ha conseguido poner el acento en la disminución en el uso de los combustibles fósiles y otras metodologías polucionantes de la gran agroindustria, ni tampoco en la financiación de la adaptación al cambio climático, atacando a la raíz del problema. Aun sin dejar de reconocer que el haber llegado a la formación de un fondo para el tratamiento de los problemas de pérdidas y daños (loss and damage) en los países más afectados por el cambio climático, es un resultado positivo del encuentro.

Pero “el número de delegados representantes de la gran agroindustria se ha más que duplicado en el último año en los encuentros climáticos de las Naciones Unidas, llegando algunos de ellos a ser mayores que las delegaciones de algunos de los países. Dado que estas corporaciones son responsables de daños considerables al planeta por la polución, no se les debería tolerar que impongan el tono a las negociaciones climáticas”, dice el comunicado de prensa de SLOW FOOD.

Mientras tanto, apunta el comunicado, “las voces de los pequeños agricultores y las de los productores menores de alimentos, así como las de los pueblos indígenas, que son los que están sufriendo en el frente del cambio climático, fueron marginalizados, siendo que los pequeños productores son críticos para la seguridad alimentaria. Por su parte, los indígenas son los guardianes de una increíble variedad de prácticas sustentables y sus conocimientos ancestrales son la clave para luchar contra los peores efectos del cambio climático y posibilitar la resiliencia”.

SLOW FOOD opina que los líderes mundiales deben reconocer que la agroecología es el único camino para lograr resiliencia climática y sustentabilidad. Y que ellos tienen que escuchar y tomar en consideración las necesidades de los pequeños agricultores “cambiando de un sistema basado en un comercio agroindustrial clima-intensivo por uno que promueva redes cortas y justas de distribución”. Y brega por una tansformación holística de los sistemas alimentarios globales que abarquen a todos los eslabones de la cadena, desde la producción hasta el consumo.



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