GANADERÍA INDUSTRIAL: OTRO EJEMPLO LAMENTABLE

Según el artículo que comentamos, la cría industrial de cerdos depende en gran medida de la hormona de la fertilidad PMSG para sincronizar el celo de cerdas y asegurarse de que entren en celo al mismo tiempo. Con ello se sincronizan procesos de trabajo, obteniendo una gran cantidad de animales y aumentando la eficiencia de producción.


El uso de hormonas para aumentar la producción animal es una técnica rechazada tanto por la ganadería orgánica como por las organizaciones de defensa del bienestar animal. La hormona, que se obtiene de la sangre de yeguas preñadas, permite obtener camadas grandes en tiempos predeterminados sometiendo a las cerdas a una sobreproducción exagerada con perjuicio para las mismas y sus crías, pues no siempre la madre tiene suficiente alimento para todas las crías paridas.

A la vez que se promueve una exagerada producción de celos en las yeguas que derivan en potrillos indeseados y sometiendo a las madres a extracciones de sangre frecuentes con perjuicio a la salud animal. A estas producciones de yeguas para obtener las hormonas se las conoce como ‘granjas de sangre’, operadas en regiones sudamericanas, incluyendo Uruguay y Argentina.

En octubre de 2021, el Parlamento Europeo, en una resolución, pidió a la Comisión Europea que detuviera la producción e importación de PMSG. Pero la Comisión no ha actuado prohibiendo el uso de la hormona en la Unión Europea. Catorce organizaciones de bienestar animal, apoyadas por la organización europea Eurogroup for Animals, exigen el fin del sufrimiento animal causado por la producción y el uso de PMSG.

Una vez más se prioriza el volumen de producción y los bajos costos por sobre las condiciones éticas, en este caso, del bienestar animal.



Fuente: “Continúan las ‘granjas de sangre’ sudamericanas”, ECO Noticias, Eco América, 21 de Octubre de 2022, (https://www.ecoticias.com/eco-america).

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