AGRICULTURA: METANO Y FEED-LOTS

No hay dudas de que la agricultura es una de las actividades antropogénicas que más metano emiten. Y el metano tiene 28 veces más poder de aislación del calor del ambiente que el CO2, aunque desaparece mucho más rápidamente. Sea como sea, si se reduce el volumen de su producción podría obtenerse un alivio significativo del calentamiento global (*).


El artículo que comentamos hoy centra su atención en el metano producido por la ganadería, aunque no es esta la actividad agrícola que más metano produce; el cultivo del arroz, con sus enormes extensiones de tierras anegadas donde proliferan bacterias cuyo metabolismo producen metano, son la principal fuente agrícola de ese gas. Pero es cierto que la ganadería es una muy importante fuente de metano, en particular la ganadería masiva de los feed-lots.

El mundo está tratando el problema de este gas y en la COP26 en Glasgow se acordó el plan Compromiso del Metano (Methane Pledge) que apunta a disminuir un 30% la emisión de metano en una década. En la presente COP27 en Egipto se están evaluando los progresos logrados. Debe puntualizarse, sin embargo, que en lo que respecta a las emisiones de la agricultura, hasta ahora no parece haberse conseguido mucho. Los grandes feed-lots y las grandes lecherías pueden utilizar digestores que capturen el metano producido por la fermentación del estiércol. Estos digestores parecen ser resistidos por las comunidades rurales por la polución residual del agua y el aire que producen. Pero el problema no se resuelve en las producciones ganaderas más pequeñas donde no es económico emplear digestores. Y, por otra parte, si bien reduciría el problema del metano, su uso final, la combustión, produciría más CO2 que, como se dijo, es menos aislante pero permanece por mucho más tiempo en la atmósfera.

Una manera de reducir la producción de metano de origen animal sería un cambio en la dieta de los animales de manera de evitar las flatulencias. Para ello se está ensayando el uso de algas asparagopsis como pienso (**). Esto resolvería el problema de las flatulencias, pero no el de las heces.

Para los activistas el primer paso para la solución del problema del metano de origen animal sería un cambio de la dieta humana reduciendo el consumo de productos derivados de la ganadería. Quizás no le vendría mal a la salud humana un poco de vegetarianismo, pero, de todas maneras, el metano que pueda ahorrarse de esta forma, si bien sería bienvenido, no sería muy significativo frente al metano que producen otras fases de la agricultura, y, sobre todo, el que emite la industria petrolera y otros combustibles fósiles, especialmente el venteo de pozos agotados y otros escapes originados en esa industria.

En el artículo de opinión de este autor (*) se razonaba que “el metano es un compuesto altamente reactivo, siendo materia prima para la síntesis de otros productos utilizables en la manufactura de un sinfín de productos. La utilidad de esta solución debería zarandearse, sin embargo, usando cálculos de ciclo de vida útil para asegurarnos de que no estemos creando otros problemas en el largo plazo”.



Comentarios