COP26 Y MUNDO SUBDESARROLLADO

Con la COP26, trabajando a tiempo suplementario las naciones ricas se comprometieron a hacer grandes aportes para la mitigación y la adaptación al cambio climático. Pero los compromisos principales resultaron ser para la adaptación a los cambios climáticos y pocos para la reducción de las emisiones.

Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), 
en Glasgow, Escocia, Gran Bretaña, 3 de noviembre de 2021.
Christopher Furlong/Piscina vía REUTERS

De los U$S 100 mil millones anuales de inversión prometidos en París para actuar sobre el cambio climático, solo se materializó una parte y, aún esta parte es cuestionable, ya que se han catalogado como ayuda a la lucha contra el cambio climático inversiones y subsidios que fueron destinados a cambios secundarios respecto del objetivo final. Por ejemplo, algunos países contabilizaron como aporte climático proyectos para impulsar la producción de gas, con la excusa de que el gas es menos polucionante que el petróleo. Es más, de esos fondos, pocos fueron otorgados a los países menos desarrollados y aún estos fueron en función de inversiones rentables o préstamos reintegrables, y muy pocos a subsidios no reintegrables. De esta forma, aún aquellos países que recibieron algunos fondos, al ser reintegrables agravaron la situación financiera de los “beneficiarios”. Y ni qué hablar de que los donantes inflaron los fondos reportados como que eran para combatir el cambio climático, ya que, no habiendo un estándar aceptado acerca de qué proyectos cuentan a acción climática, es muy difícil aseverar su efectividad en ese sentido.

Si bien los fondos prometidos en aquella oportunidad eran para distribuirse 50-50 mitigación y adaptabilidad, la realidad es que fueron más bien 25-75, con los que, los pueblos más expuestos a cambio climático siguen sin estar protegidos contra el aumento del nivel del mar, inundaciones, huracanes, altas temperaturas y sequías.

A todo esto, en el 2020 la pandemia complicó aún más la evaluación del uso de los fondos asignados, ya que, sobre todo en los países pobres, ellos fueron derivados a la asistencia médica y social de los pueblos más castigados.

Los delegados de los países menos desarrollados claman porque en este momento es demasiado tarde para hablar ya sea de mitigación o de adaptación, ya que muchas de sus poblaciones necesitan dinero para mudarse a otras regiones habitables porque sus lugares habituales de residencia se convirtieron en inhabitables sin retorno. Esta circunstancia hace que para afrontar las “pérdidas y daños” sea necesaria una financiación distinta a la de mitigación y adaptación. Pero hasta ahora solo Escocia se comprometió a paliar “pérdidas y daños”; los otros países se excluyeron de tales compromisos.  

Para los países menos desarrollados, que son los que más sufren los daños del cambio climático pero que son los que menos contribuyen el mismo, los resultados de COP26 no constituyeron más que una desilusión. Aun así, y a pesar de todo, estos todavía guardan la esperanza de que en la próxima COP27 el concepto de “pérdidas y daños” se haga realidad en los compromisos del mundo desarrollado, y están férreamente motivados a trabajar para que esto suceda y se llegue a soluciones globales más equitativas.


Fuente: “At COP26, a Consensus That Developing Nations Need Far More Help Countering Climate Change”, By Agya K. Aning, Inside Climate News, November 29, 2021

 

 

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