SUELOS VS. DÓLARES
Cuentas mal hechas
para la salud de nuestra conciencia (de un artículo por Félix Sammartino | LA
NACION, Campo, Ene. 26, 2013)
Cuando se dice que en el actual contexto
económico nuestra agricultura es tan eficiente como para aguantar retenciones
del 35% en la soja, 32% en girasol y 23% en el trigo, mientras que los europeos
deben subsidiarla, en realidad se está dejando de mencionar una parte
importante de lo que está ocurriendo. Será que se está ofreciendo una respuesta
en consonancia con el ¿qué desea usted escuchar? Si nos ponemos estrictos en la
respuesta deberíamos incluir el alerta del INTA y otras instituciones sobre el
creciente deterioro de nuestros suelos.
Para esta campaña gruesa, la respuesta
debería ser que se producirán algo más de 100 millones de toneladas de granos,
pero con una pérdida en nuestros suelos de algo más de 5 millones y medio de
toneladas de nutrientes como el nitrógeno, fósforo, azufre, potasio y magnesio.
Extrapolando los cálculos de un trabajo de la ingeniera Graciela Cordone, del
INTA Casilda, los nutrientes que no se reponen por campaña agrícola son
equivalentes a 13 millones de toneladas de fertilizantes. O el equivalente a
8500 millones de dólares. Una cifra demasiado parecida a lo que el Estado
recaudará en materia de retenciones, cerca de 10.000 millones de dólares. Actualmente
sólo se repone un tercio de los nutrientes extraídos, los dos tercios restantes
los aporta un suelo cada vez más exhausto.
El INTA Balcarce determinó que el 70%
de la pampa húmeda está por debajo del umbral de fósforo (menos de 15 partes
por millón) para cualquier cultivo. Observaron también que en rotaciones de
soja sobre soja, la caída de fósforo y azufre es dramática.
Los problemas de falta de reposición
de nutrientes en el suelo son más rápidos y sencillos de solucionar que el
deterioro creciente en la estructura de los mismos. Se sabe del perjuicio que
provoca la baja participación de las gramíneas en nuestras rotaciones. Se sabe
también que mientras los Estados Unidos y Brasil sostienen una relación
equilibrada en la superficie de gramíneas y oleaginosas de aproximadamente 1 a
1, o en el peor de los casos 1 a 2, aquí la relación es de 1 a 4. El resultado
es una alarmante pérdida de materia orgánica en la pampa húmeda, según los
muestreos que se realizan campaña tras campaña.
Si en el cálculo de la renta agrícola
se incorporara la pérdida del stock de nutrientes tendríamos una situación
mucho más precisa de lo que razonablemente se le puede pedir a la agricultura.
Dos más dos seguirán siendo cuatro y
no la cifra que nos guste escuchar.
Artículo completo: http://www.lanacion.com.ar/1548810-cuentas-mal-hechas-para-la-salud-de-nuestra-conciencia
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ARGENTINA: WHAT OUR SOIL LOSES AND IS SENT ABROAD.
Wrong calculations expressely made for our peace of mind.
(from
an article by Félix Sammartino | LA
NACION, Campo, Jan. 26, 2013)
When it is
said that in our present economic context Argentina’s agriculture is so
efficient that it supports export taxes of 35% for soybeans, 32% for sunflower
and 23% on wheat, while Europeans must subsidize them, we actually forget
mentioning a very important part of what’s happening. Could it perhaps be that
we are offering a response according with what we would like to hear? If we are
strict in our calculations we should include an alert from INTA and other
technical institutions about the increasing deterioration of our soils.
For the present
grain season we have to take into considedration that a little over 100 million
tons of grains will be produced. But it will be so at a loss of a little more
of 5.5 million tons of nutrients such as nitrogen, phosphorous, sulphur, potassium
and magnesium. Extrapolating the calculations of Graciela Cordone, a technician
from INTA Casilda, the nutrients that are not returned in each agricultural
campaign are equivalent to 13 million tons of fertilizers, or some U$ 8,500
millions. A figure too close to the US$ 10,000 millions that the government
will collect in export taxes. Presently, only one third of nutrients extracted are
returned to the soil; the other two thirds will be supplied by a more and more
exhausted soil.
INTA
Balcarce determined that 70% of the “humid Pampa” is below the threshold of
phosphorous (less than 15 ppm) for any crop. They also observed that in
rotations soy-on-soy, the drop in phosphorous and sulphur is dramatic.
The
problems of not returning nutrients to the soil, as bad as they are, still are
easier to solve than the increasing deterioration of soil structures. The problems
caused by the scarce participation of grasses in our rotations are well known.
It is also known that while in the USA and Brazil an equilibrated ratio of
grasses vs. oil propducing seeds is about 1:1, or not more than 1:2; in
Argentina de ratio is 1:4. The result is an alarming loss of organic matter in
the ‘humid Pampa’ as shown by year after year samplings.
If in the
calculation of the agricultural yield, the loss of the nutrient stocks are included,
the situation would become much more precise, something beyond what it could be
ressonably expected from agriculture.
Two plus
two will always be four, not the figure we would like to hear.
Full
article (in Spanish): http://www.lanacion.com.ar/1548810-cuentas-mal-hechas-para-la-salud-de-nuestra-conciencia
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