DE CARBÓN A RENOVABLES

La largamente esperada transición energética y económica, impulsada por la primera ley climática de los EEUU implica grandes cambios económicos, políticos, ecológicos y mentales en una zona todavía adicta a la industria del carbón en franca y prolongada decadencia.



El estado de Virginia es una de las regiones carboníferas de los EEUU donde todo giraba alrededor del carbón. Hoy, el desarrollo de las energías renovables está cambiando el panorama económico y social de ese estado.

En la década pasada el desempleo y la pobreza forzaron a muchos a dejar el sudeste del estado en busca de mejores horizontes laborales a medida que la industria del carbón declinó. De energía renovable se hablaba poco y mal, ya que era considerada “anti-carbón”. Pero eso está cambiando. La largamente esperada transición económica a las renovables está siendo acelerada por la primera ley climática de los EEUU, la llamada Acta de Reducción de la Inflación.

La ley está lejos de ser una panacea, pero la legislación del Presidente Joe Biden proveerá U$S 369.000 Millones para lograr la transición a los vehículos eléctricos y a la energía renovable, una inversión histórica que los científicos estiman reducirá, hacia el año 2030, un 40% los gases invernadero respecto de los niveles del 2005 y creará empleo para 1,5 millones de personas.

Parte de las acciones que se están llevando a cabo en ese estado es un esquema de entrenamiento juvenil por dos empresas de Virginia, Secure Futures y Got Electric, que están instalando sistemas solares para las agencias gubernamentales, hospitales, escuelas y comercios.

En comparación, las plantas eólicas de gran escala que generan mucho trabajo en su construcción, los muy pocos puestos de trabajo de largo plazo que los modelos atomizados de paneles de techo generan son ambientalmente sustentable, porque no requieren superficies de tierra nuevos, y económicamente favorables porque los equipos son operados y mantenidos por las mismas compañías dueñas de esas instalaciones. Los puestos de trabajo perdidos por la declinación del 70% del pico de la actividad carbonífera de 1970 ya no volverán y deben ser recuperados por el desarrollo de la industria de las energías renovables. De allí la importancia de los fondos del IRA destinados al entrenamiento, la innovación, la manufactura, y los beneficios fiscales para ayudar a los consumidores en la transición del carbón a las energías renovables.

Si la aceptación de la salida de la mentalidad carbonífera es lenta, más aún lo son, se dice, los cambios políticos, económicos y burocráticos necesarios. Pero se están haciendo, y un ejemplo es el esquema de contratación de las agencias estatales con estas dos compañías privadas que incluye la inversión en equipos solares e instalaciones por parte de esas empresas, y los esquemas de distribución de energía entre las unidades solares individuales y la red pública (“net metering”) que permitirá a los consumidores vender a la red la energía sobrante. Todo un cambio político, económico, burocrático y mental.

También llevará tiempo entrenar al personal suficientemente entrenado en esta, para ellos, nueva tecnología. De esta actividad se ocupa el esquema de entrenamiento juvenil montado entre las dos empresas mencionadas y las instituciones educativas comunitarias y escuelas vocacionales del condado. Hasta ahora, siete escuelas del condado Wise firmaron contratos por 20 años con Secure Future para el entrenamiento de jóvenes en instalación y operación de equipos solares de techo.

La perspectiva de transformar a la zona en un eje productivo de la industria de las energías renovables con plantas de producción de equipos, baterías, y equipamientos subsidiarios a la industria entusiasma a los sectores más visionarios del Estado. Algunas pequeñas industrias locales que antes producían y servían con equipos a la industria del carbón ya han comenzado su reconversión, todavía parcial, puesto que el carbón no va a desaparecer en un futuro inmediato o mediato. 

Pero la generación de nuevas fuentes de trabajo y la mano de obra especializada que se está creando con los jóvenes estudiando dentro del esquema de entrenamiento juvenil mixto educacional-industrial es un motivo de esperanza cierta para una zona carbonífera muy golpeda por la definida transición a la nueva orientación energética.
 
Fuente; ‘This is the future’: rural Virginia pivots from coal to green jobs”, by Nina Lakhani, Sep. 8, 2022, The Guardian, This is the future’: rural Virginia pivots from coal to green jobs

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