TRIBUS Y DERECHOS

Lamentablemente el mundo próspero considera a las poblaciones originarias como curiosidades folklóricas, recuerdos nostálgicos de un mudo que se fue, cuando no como residuos anacrónicos de un mundo superado y retrógrado. 

Las noticias sobre esos pueblos son escasas, las pocas de las que se hace eco el periodismo hacen referencia a aspectos pintorescos y casi nunca como llamados de atención hacia sus problemas económicos y las injusticias humanas, sociales y culturales a las que la “cultura del progreso” los somete. Las defensas de sus derechos son consideradas exageraciones humanistas y a veces de intentos mal llamados “progresistas, de rémoras que se oponen abiertamente al progreso.

Lejos de quien esto escribe el tratar de oponerse al progreso y a los avances de las ciencias productivas como derecho a la promoción del bienestar social general. Pero tampoco se puede endiosar a los derechos económicos, sociales y políticos, sin un análisis racional equilibrado de los conflictos generados por diferentes intereses sociales, económicos, políticos y también, porque no, culturales y raciales.
 
Construcción de la represa Grand Coulee en los 1930.

Los atropellos a esos derechos de las minorías étnicas del mundo son, por desgracia, no pocos, y ocurren en los cuatro puntos cardinales de este nuestro mundo “civilizado”. En más de una ocasión este blog se ha referido a algunos conflictos que ocurren en regiones de nuestro propio continente - los más evidentes ocurren en la Amazonía - con el atropello de las tribus que han vivido en esas regiones desde sus mismos orígenes ancestrales. Atropellos que ocurren sin que los débiles intentos oficiales de protección lo impidan, dando preferencia al avance de cultivos y actividades hegemónicas en detrimento de la ecología y la sustentabilidad del planeta.

Pero también nos hemos hecho eco de atropellos un poco más civilizados pero no menos injustos en sociedades progresistas. Un ejemplo – lamentablemente no el único – se menciona en un reciente artículo(1) del periódico electrónico publicado por OPB.org de la región noroeste de los EE.UU., con referencia a los problemas de restricción de la cultura y formas de vida de un grupo de tribus originarias, permanentemente afectadas por la implantación, desde el siglo pasado, de represas para la regulación de los caudales de agua para la agricultura y la generación eléctrica requerida por las industrias y la expansión urbana, en este caso, de los estados de Oregón y Washington, represas que alteraron la supervivencia del salmón, fuente de vida de esas tribus desde tiempos inmemoriales.

En este mismo blog hemos mencionado más de una vez que no hay mejor aliado de los esfuerzos por la sustentabilidad del planeta que las propias culturas nativas de las regiones involucradas, que durante generaciones convivieron con la naturaleza y obtuvieron de ella su sustento sin depredarla. Un claro ejemplo lo encontramos en un esfuerzo que en las últimas décadas están haciendo miembros de la Tribu S’Kallam en el noroeste del estado de Washington que están invirtiendo esfuerzos en soberanía alimentaria restaurando el ecosistema a través de resucitar la planta autóctona Camassia leichtlinii cuyos bulbos formaban parte de su dieta habitual y que una vez cubría prácticamente 90.000 hectáreas de la región. 

Pero en el 1700 llegaron los colonizadores europeos y consideraron que esas tierras eran ideales para la agricultura, entrando en conflicto con las varias tribus locales por sus tierras ancestrales. En 1855 se firmó el tratado Point No Point estableciendo para esas tribus reservas indígenas. Pero el tratado ha sido ignorado en la práctica y la agricultura europea arrasó las praderas y el sustento de las etnias indígenas. De ellas queda hoy solo un 3%. (2)

Este blog opina que ningún extremismo es aceptable cuando se trata del respeto no solo a la naturaleza sino, y en especial, a los derechos naturales de la humanidad, incluyendo el derecho a la sustentación de la vida, no importa el número de sus potenciales afectados. En el momento actual que se otorga preferencia a las producciones extensivas frente a los derechos de la naturaleza y de los pueblos, poniendo en serio peligro al planeta en que vivimos, creemos que es hora de ir abandonando el productivismo liso y llano a costa de los derechos del hombre y la naturaleza.

(1) “The racism, and resilience, behind today’s Pacific Northwest salmon crisis”, By Tony Schick (OPB), Sept. 24, 2022, https://www.opb.org; (2) “Native Tribes Are Bringing Prairie Land Back to the Pacific Northwest”, by Claire Elise Thompson, Grist,sep.16, 2022, https://civileats.com/2022/

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