YACIMIENTOS ALTERNATIVOS: FRACKING



ES ESTE EL FUTURO DEL “FRACKING”? (de un artículo por Daniel Bates y Olga Craig, fecha de publ.

UNA CIUDAD DIVIDIDA, MANIFESTANTES MEDIÁTICOS, MIEDOS POR LA SALUD… 

Planta de fracking en los EEUU, Foto: cc-by/ Bob Warhover

Durante dos años, Tammy Manning y su familia han sido la cara del movimiento anti-fracking en Norte América. El pequeño pueblo de Franklin Forks, en la Pennsylvania rural a solo a diez millas del límite con el estado de Nueva York, devino la paradigmática prueba para 15 años de amor con el fracking. Para horror de Tammy, le dijeron que el agua de bebida contenía arsénico. Y aún más alarmante fue el descubrimiento de que gas metano salía por la canilla de su cocina. No podían ni beber ni cocinar con esa agua en su casa de US$ 90.000 y una vez por semana Matt, el esposo de Tammy (43), debía conducir 20 millas cruzando el límite con el estado de Nueva York para llenar de agua potable botellas de un galón en la casa de su madre.

Franklin Forks – que yace sobre una capa de esquistos bituminosos que se extiende desde Nueva York hasta Alabama conteniendo en sus rajaduras 85 billones de pies cúbicos de gas – iba a ser el frente de batalla a favor o en contra del fracking. Los que respaldaban el controvertido proceso eran acusados de esperar pingües ganancias comerciales que traería el negocio del fracking. Por su parte las madres acusaban al fracking de todas las enfermedades de sus bebes.
Un estudio de la Universidad de Pennsylvania estimó que los propietarios en el Condado de Susquehanna recibirían US$ 75 millones al año en ingresos por el leasing de sus tierras para perforación. Y según Jeff Tyler de la cámara de comercio de la vecina ciudad de Montrose, el empuje económico que trajo el fracking fue “increíble”. Las plazas en alquiler están completas, los restaurantes están llenos y se están construyendo dos nuevos hoteles. Los pagos por royalties, dice Mr.Tyler, pueden llegar hasta U$ 450.000 por mes para un propietario que tiene seis pozos en sus 300 has.
Después de una investigación de 16 meses el Departamento de Protección Ambiental produjo un informe de 125 páginas concluyendo que las perforaciones de la empresa de gas no eran, en realidad, responsables por la contaminación con metano del pozo de agua de los Mannings, sino que la misma era debida a un yacimiento superficial natural de gas completamente diferente del de los pozos con fractura hidráulica.
Sin embargo, y a pesar del informe del Departamento de Protección Ambiental, los Mannings no están convencidos de que el fracking sea seguro. “El metano no ocurre naturalmente, no al nivel que ocurrió”, mantiene Matt. “Ellos rompieron la tierra y ahora nosotros tenemos todo este gas. No lo había en tales niveles antes del fracking y ahora sí lo hay. Explíquenme esto”.

NOTA DEL EDITOR DEL BLOG: La fracturación hidráulica  comúnmente conocida en inglés como fracking es una técnica consistente en la inyección de agua con arena y productos químicos con el objetivo de ampliar las fracturas existentes en el sustrato rocoso que encierra el gas o el petróleo,  favoreciendo así su salida hacia el exterior. Esta técnica, habitual en los llamados yacimientos alternativos, es cuestionada desde el punto de vista ambiental por varias razones: gran consumo de agua, gran cantidad de efluentes químicamente contaminados, contaminación de las napas, y supuesta inestabilidad geológica. (ver artículo publicado en el mes de Marzo de este año por este blog: http://goo.gl/96aUZU

 Megaproyecto. Desde hace dos años YPF comenzó a instalar las torres petroleras de perforación sobre Vaca Muerta, a 100 kilómetros de la ciudad de Neuquén./FOTOS, LUCIA MERLE. Enviada especial. (Vaca Muerta Megaproject, Neuquén, Argentina)
  
Las discrepancias entre promotores y detractores de esta técnica descripta en el artículo comentado son lamentables pero comprensibles. Por un lado está la necesidad de combustibles para satisfacer las insaciables ansias de consumo y el inmenso potencial financiero de la industria de los hidrocarburos. Por el otro la urgencia  de cuidar el planeta. De un lado el natural hambre de utilidades de las pocas grandes corporaciones, y por el otro la tonalización ‘verde’ de un mismo hambre en una escala infinitamente menor de  millones  de proletarios que no cuentan con otro poder que el de manifestarse públicamente. Y entre los que defienden esta tecnología están  los muchos pequeños  beneficiados por el boom económico que, como vemos en el artículo de arriba, también obtienen ingresos  del derrame de la actividad económica;  y entre los segundos se encuentran los que tienen menos acceso a beneficiarse lo suficiente con ese derrame.  Del giro económico todos nos beneficiamos y no es cuestión de estigmatizar con moralinas, sino de comprender que en la vida nada es completamente blanco o completamente negro. Hay toda una gama de grises y la cuestión es qué tono de gris alcanzar para que nadie esté totalmente descontento - aunque tampoco nadie pueda estar totalmente contento.  Editor: Ing. Jorge Casale

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

IS THIS THE FUTURE OF FRACKING? (From an article by Daniel Bates and Olga Craig, publ.date

A town divided, celebrity protesters and wild health scares...
For two years, Tammy Manning and her family have been the faces of the anti-fracking movement in America. Franklin Forks, just ten miles from the New York county line in rural Pennsylvania, a tiny town then, was to become America’s litmus testing ground for the future of its 15-year love affair with fracking. To Tammy’s horror, she was told that the water contained arsenic. Even more alarming was the discovery that methane was gushing out of her kitchen tap. They could no longer cook or drink the water in their £60,000 home, and once a week Tammy’s husband Matt, 43, had to drive 20 miles across the New York state border to fill gallon jugs of water at his mother’s house. ‘

Franklin Forks – sitting on a shale layer stretching from New York to Alabama with 84,198 billion cubic feet of gas stored inside it – would be the front line of the fight to fend off fracking. Those who backed the controversial procedure were accused of doing so in the hope  of profiteering from the boom fracking brought. Mothers blamed their babies’ illnesses on fracking.
A Penn State University study estimated that landowners  in Susquehanna County received £50million a year in leasing income. And according to Jeff Tyler from the chamber of commerce in nearby Montrose, the boost fracking brought to the economy was ‘unbelievable’. Rental accommodation is full, restaurants are full and two new hotels are being built. Royalty payments, says Mr Tyler, can be as high as the £300,000 a month being earned by one landowner who has eight wells on his 600 acres.
After a 16-month investigation by the Department of Environmental Protection, a 125-page report concluded that the company’s drilling was not, in fact, responsible for the methane contamination of the Mannings’ well. It was, in fact, a naturally occurring shallow gas and completely different from that at the hydraulic fracturing wells.
The Mannings, however, remain unconvinced that fracking is safe, despite the Department of Environmental Protection’s report.
‘The methane is not occurring naturally. Not at the level we had  it,’ Matt maintains. ‘They tore the ground open and now we have all this gas. It wasn’t there at such levels before the fracking. Now it is. Explain that?’


NOTE OF THE BLOG’S EDITOR: The hydraulic fracturing commonly known as fracking, is a technique that consists of the injection at high pressure of water with sand and chemical products in order to open up the existing fractures in the rocky substrate to facilitate that the oil or gas contained therein may exit to the outside. This technology, frequently applied in the alternative oilwells, is questioned from an environmental standpoint for several reasons:  huge water consumption, large volumen of chemically contaminated efluents, contamination of aquifers, and a supposed destabilization of the geology. (see an article published in this blog in March 2013: http://goo.gl/96aUZU)
The harsh discrepancies between promoters and detractors of this technology described in the article above are sad but understandable. On the one side there is the fuel needed to feed the insatiable consumption and also the enormous financial power of the fuel industry. On the other side the need to care for the planet. In the one hand there is the natural hunger for profits of the few giant corporations, and in the other hand the greening of the same hunger for income in an infinitely lesser scale of the millions of proletarians that have no better resource than public demonstrations. And among those that defend this technology there are also the many small beneficiaries from the economic boom that, as we see in the article above, also get income dribbling down from the economic bounty . Among the latter there are those that have less access to enough benefits from that dribbling. From the economic flux we all benefit and there is no case of moralizing, but to understand that in life nothing is completely white and nothing is completely black. There is a whole range of greys and the question is what shade of grey we should reach so that nobody will be completely dissatisfied – although in the other hand nobody will be completely happy either. Editor: Jorge Casale

Comentarios