INVERSIÓN EN BIODIVERSIDAD

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El siguiente es un artículo acerca de negocios y biodiversidad que fue votado EXCELENTE por el 80% de sus lectores.  Este Editor añadirá a continuación del artículo algunos comentarios acerca del artículo y del negocio mismo de la biodiversidad.

CONSTRUYENDO EL NEGOCIO DE LA BIODIVERSIDAD. (Por Joshua Bishop, Sachin Kapila, Frank Hicks, Paul Mitchell and Francis Vorhies, sumarizado en pluridoc@pluridoc.com, Semanal de Pluridoc, Feb. 6, 2012)

La diversidad natural del mundo vivo, con su miríadas de species, complejos ecosistemas y estructura genetic continuamente cambiante, es una herencia inapreciable. Al mismo tiempo, esta misma biodiversidad es sub-valuada por las modernas economías, resultando en su acelerada desaparición. Algunos expertos asimilan la actual peérdida de la biodiversidad a las grandes extinciones de eras prehistóricas, con ma importante diferencia, sin embargo, de la pérdida de hoy está debida enteramente a la acción humana. Irónicamente, mientras el fundamento biológico de nuestras vidas se está erosionando bajo nuestros pies, las economías humanas continúan desarrollándose, generando más y más bienes y servicios de consumo en calidad y cantidad.  La pobreza y los conflictos continúan afligiendo las vidas de miles de millones, pero al mismo tiempo un crecimiento económico general  significa que más personas en el mundo gozan de niveles de prosperidad imprecedentes. Por una parte y al mismo tiempo disminuyendo la biodiversidad, y por la otra expandiendo la economía. Los dos fenómenos no están desconectados. Las economías modernas son muy buenas para producir lo que la gente está dispuesta a pagar para tener. Pero no son tan buenas para preservar lo invalorable. Mucha de la continua pérdida de biodiversidad puede ser atribuida, directa o indirectamente, a la producción de bienes y servicios para satisfacer las necesidades de los humanos. El creciente problema del cambio climático va a exacerbar aún más la pérdida de la biodiversidad. Se necesita urgentemente acciones para frenar la pérdida de biodiversidad, pero ni los gobiernos ni las ONGs pueden hacerlo solos. Políticas y regulaciones que requieran que las empresas y los cosumidores reduzcan la huella ambiental son importantes, pero no suficientes. Muchas de las políticas sobre biodiversidad existentes están esnecialmente, ‘nadando contra la corriente’ del crecimiento económico, y sin lograr llegar a destino. La implantación de impuestos a empresas y consumidores o la consecución de sus donaciones caritativas podrían juntar bastantes fondos para usar en la conservación de la biodiversidad, pero, sin embargo, harán poco para alterar la toma cotidiana de decisiones en el mercado. La cuestión es como aunar ambas cosas: el poder de compra de los consumidores y la capacidad productiva de las empresas para afrontar el desafío de la biodiversidad global. Esto, a su vez, requiere encontrar formas para plantear un caso más rotundo a las empresas a favor de la conservación de la biodiversidad.  Con un poco de ingenio (y voluntad política), se podría mover más efectivamente a la industria a proteger y mejorar el ambiente.  Hace veinte años, pocas personas imaginaron que se podía crear una completa industria alrededor del cambio climático. Hoy es una realidad – el mercado internacional del carbono, por ejemplo, llegó a US$ 30 mil millones en el 2006, y se cree haber alcanzado los US$ 50 mil millones en el 2008. Porqué no puede suceder lo mismo con la biodiversidad?. No podemos crear o expandir mercados para la diversidad genética, la conservación de las especies, y la resiliencia del ecosistema en la misma forma en que fueron creados para el carbono a nivel global, y en ciertos países para el anhídrido sulfuroso (SO2), el óxido de nitrógeno (NOX) y la salinidad de las aguas subterráneas?. Ya no existen dudas sobre el poder de las políticas ambientales basadas en el mercado. Pero la biodiversidad sigue siendo todavía ignorada por las finanzas privadas. El desafío de armar un negocio en biodiversidad no es trivial. Se necesitan desarrollar nuevos modelos de negocios y mecanismos de mercado para la la conservación de la biodiversidad al tiempo que se aumenta la concientización persuadiendo al público y hacedores de políticas que la biodiversidad (o los servicios de componentes de ecosistemas) pueden ser conservados con una base comercial. La experiencia reciente con enfoques de control del dióxido de carbono (CO2) y otros polucionantes presentan no solo estímulos sino también precauciones prácticas.
Este informe es el resultado de la colaboración de la IUCN (Unión Internacional para Conservación de la Naturaleza) y Shell International Limited, y apunta a identificar el potencial de mecansimos basados en el mercado y nuevas oportunidades de negocios para conservar la biodiversidad. Representa la consulta con más de 60 organizaciones, incluyendo bancos comerciales y compañías de seguros, fundaciones privadas, agencias de ayuda multilateral y bilateral, ONGs, ‘think-tanks’, academia y administradores de fondos de inversión. Basado en entrevistas en profundidad y una detallada revisión literarias, este informe provee una visión del panorama del negocio de la biodiversidad.  Revisa un amplio rango de sectores de negocios de la biodiversidad, evalúa qué ha funcionado (y qué no) y porqué, describe los principales obstáculos e identifica las oportunidades de expandir la conservación de la biodiversidad como negocio en cada sector. El informe también revisa los marcos de políticas, recursos técnicos y mecanismos financieros necesario para permitir que el negocio de la biodiversidad crezca, puntualizando en cada caso las lecciones aprendidas de la experiencia y las oportunidades futuras. Los autores concluyen que hay numerosas oportunidades pro-biodiversidad que pueden generar retornos financieros positivos así como beneficios en biodiversidad.  Se han establecido muchas iniciativas con resultados impresionantes – sin embargo, ninguna alcanzó escalas significativas o apalancaron una inversión privada. Se necesita estructurar sobre iniciativas existentes, reclutar inversores y entrepreneurs adicionales, y ‘levantar la barrera’ en términos de escala y beneficios conservacionistas de la inversión privada. A este fin se deben cumplir tres funciones institucionales separadas pero interrelacionadas: principalmente el desarrollo de políticas que permitan el desarrollo,la provisión de soporte técnico y administrativo a medida del negocio de la biodiversidad, y acceso a la financiación de inversores que entiendan los problemas particulares y las oportunidades de creación de nuevos negocios y mercados.
Esperamos que este informe interese a una amplia audiencia, aún a aquellos que son nuevos en el rubro, así como profesionales del actuales en el tema
Para la Shell y la IUCN, este informe presenta el fundamento de nuevos emprendimientos de colaboración comercial orientados a la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, este informe no es solo sobre la Shell y la IUCN, o lo que ellas pueden conseguir trabajando juntas. El objetivo último es identificar nuevas oportunidades y mecanismos que puedan movilizar la amplia coalición entre los negocios, los conservacionistas y otras partes interesadas arededor de una visión compartida de la conservación de la biodiversidad basada en el mercado.

Comentario del Editor de este newsletter/blog.
Las iniciativas que involucran el tratamiento de los problemas ambientales por medio de mecanismos de mercado son generalmente criticados duramente por los ambientalistas. Estos parecen creer que el control del ambiente debe ser concretado exclusivamente por una reducción voluntaria del consumo. Esta reducción voluntaria del consumo es, sin dudas, una iniciativa muy encomiable, pero la realidad indica que puede necesitarse un empujoncito más pragmático. Y frecuentemente el punto es verificar si estas objeciones están solo basadas en principios éticos, o si un rechazo innato al capitalismo como herramienta subyace en la construcción maniqueísta de una utopía.  
El capitalismo es como un afilado escalpelo: en las manos de un cirujano capacitado salva vidas; pero en las manos de un infante puede ser una amenaza para sí mismo y para lo que lo rodea.
Algunos utópicos condenan las actividades lucrativas como tentaciones del demonio. Y puede que en muchos casos sea así. Pero se olvidan de que en sus propias vidas personales, las gratificaciones, tanto espirituales como materiales, no son solo una fuerza conductora encomiable, sino una sin la cual la vida diaria sería prácticamente inalcanzable.
SI el mercado – esa inmencionable concepción del capitalismo – puede llegar a constituirse en una fuerza conductora para alcanzar objetivos de biodiversidad y ambientales, no es óbice que sea usado como medio para que Shell obtenga ganancias, o que ellas sean obtenidas por la mejor inspirada de las ONGs. Ambas estarán usando las mismas herramientas para el mismo objetivo: crear ingresos y progresar, alcanzando al mismo tiempo - por lo menos en el caso comentado en el artículo de referencia - objetivos ambientales. Jorge Casale.   

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The following is an article about business and biodiversity that has been voted EXCELENT by 80% of the readers. This Editor will add a few comments about the work and the biodiversity business itself at the end of the article.

BUILDING BIODIVERSITY BUSINESS (By de Joshua Bishop, Sachin Kapila, Frank Hicks, Paul Mitchell and Francis Vorhies
summarized by pluridoc@pluridoc.com, Pluridoc Weekly Newsletter, Feb. 6, 2012)
The natural diversity of the living world, with its myriad species, complex ecosystems and constantly evolving genetic structure, is a priceless inheritance. At the same time, this biodiversity is commonly under-valued by modern economies, resulting in its rapid and accelerating disappearance. Some experts liken the current rate of biodiversity loss to the great extinctions of prehistoric eras, with the important difference that today’s loss is entirely due to human activity. Ironically, while the biological foundation of our lives is eroding beneath our feet, human economies continue to thrive, generating ever-greater quantities and qualities of material goods and consumer services. Poverty and conflict continue to afflict the lives of billions, but at the same time overall economic growth means that increasing numbers of people around the world enjoy unprecedented levels of prosperity. But, on the one hand, diminishing biodiversity, and on the other hand, expanding economies. The two phenomena are not unrelated. Modern economies are very good at producing what people will paying for. They are not so good at preserving what is priceless. Much of the ongoing loss of biodiversity can be attributed, directly or indirectly, to the production and consumption of goods and services to meet human needs. The growing problem of climate change will further exacerbate biodiversity loss. Action is urgently required to halt the loss of biodiversity, but governments and non-governmental organisations (NGOs) cannot do it alone. Policies and regulations that require business and consumers to reduce their environmental footprint are important, but not sufficient. Much existing biodiversity policy is essentially ‘swimming against the tide’ of economic growth, and constantly falling short. Taxing businesses and consumers or seeking charity from them could raise significant sums for biodiversity conservation, but do little to alter day-to-day decision-making in the market place. The question is how to enlist both the purchasing power of consumers and the productive capacity of business to help meet the global biodiversity challenge. This in turn requires that we find ways to make a stronger business case for biodiversity conservation. With a little ingenuity (and political will), a compelling business case can be constructed for environmental protection and improvement. Twenty years ago, few people imagined that an entire industry could be created around mitigating climate change. Today it is a reality – the international carbon trade, for example, topped US$30 billion in 2006 and is expected to exceed US$50 billion by 2008. Why not the same for biodiversity? Can we create or expand markets for genetic diversity, species conservation and ecosystem resilience in the same way that markets have been created at a global level for carbon, and in some countries for sulphur dioxide (SO2), nitrogen oxide (NOX) and groundwater salinity? The power of market-based environmental policy is no longer in doubt. But biodiversity is still largely neglected by private finance. The challenge of building biodiversity business is not trivial. There is a need to develop new business models and market mechanisms for biodiversity conservation, while also raising awareness and persuading the public and policy-makers that biodiversity (or component ecosystem services) can be conserved on a commercial basis. But recent experience with market-based approaches to controlling carbon dioxide (CO2) and other pollutants provides practical cautions as well as encouragement. This report is the fruit of collaboration between IUCN and Shell International Limited, which aim to identify potential market-based mechanisms and new business opportunities to conserve biodiversity. It represents the results of consultation with more than 60 organisations, including commercial banks and insurance companies, private foundations, multilateral and bilateral aid agencies, NGOs, think-tanks, academics and investment fund managers. Based on in-depth interviews and a detailed literature review, this report provides a snapshot of the biodiversity business landscape. It reviews a range of biodiversity business sectors, assesses what has worked (or not) and why, describes the main constraints and identifies opportunities to expand market-based biodiversity conservation within each sector. The report also reviews the policy frameworks, technical resources and financing mechanisms needed to enable biodiversity businesses to grow, in each case highlighting lessons learned from experience and future opportunities. The authors conclude that there are numerous pro-biodiversity business opportunities that can generate positive financial returns as well as real biodiversity benefits. Many initiatives have been established with impressive results – however, none have achieved significant scale or leveraged substantial private investment. There is a need to build on existing initiatives, recruit additional investors and entrepreneurs, and ‘raise the bar’ in terms of both the scale and conservation benefit of private investment. To this end, three separate but related institutional functions must be fulfilled: namely the development of appropriate enabling policy; the provision of technical and managerial support tailored to biodiversity business; and access to appropriate finance from investors who understand the particular constraints and opportunities of creating new businesses and markets. We hope this report will be of interest to a wide audience, including those who are new to biodiversity business, as well as current and future practitioners. For Shell and IUCN, this report provides the foundation for future collaboration on business-oriented approaches to biodiversity conservation. Yet this report is not just about Shell and IUCN, or what they can achieve by working together. The ultimate aim is to identify new opportunities and mechanisms that can mobilise a broad coalition of businesses, conservationists and other stakeholders around a shared vision of market-based biodiversity conservation.
Comments by the Editor of this newsletter/blog.
Initiatives involving dealing with environmental problems through market tools are usually harshly criticized by many environmentalists. They seem to belive that control of the environment must be achieved exclusively by voluntary reduction of consumption. Voluntary reduction of consumption is, no doubt, a most commendable initiative, but reality points out that a little further push by pragmatic means may be needed. The point is finding out if these altruistic objectives are exclusively based on ethics, or if an innate abhorrence of capitalism as a tool underscores a tendency to a maniqueistic construction of utopia.
Capitalism is like a sharp scalpel: in the hands of an able surgeon saves lives; if in the hands of a toddler can be a menace for himself and for the surroundings.
Some utopians condemn money making as the work of the devil. And it may be so. But they forget that in their own personal life, self rewards, both spiritual and material, are not only a commendable driving force, but one without which daily life would be unattainable.
If the market - for many an unmentionable conception of capitalism - can constitute one of the driving forces to reach biodiversity and environmental goals, I certainly do not care if it is used as a way of obtaining earnings by Shell or by the best inspired NGO. Both will be using the same tools for the same objective: making money to thrive and progress, achieving, at least in this case, environmental goals in their way.    Jorge Casale 

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