EL ORGÁNICO ESTÁ SOBREDIMENSIONADO?


EL ORGÁNICO ESTÁ SOBREDIMENSIONADO? (THE CORNUCOPIA INSTITUTE [cultivate@cornucopia.org]; Jul.13, 2012.)   ENGLISH VERSION BELOW

 Image: Cornucopia Inst. slide show
Los alimentos orgánicos se han transformado en un muy lucrativo negocio para las grandes corporaciones (Big Food) y un sobreprecio se transforma en una sobreutilidad en los almacenes. La gran industria cuestiona que la enorme demanda de productos orgánicos requieren de una escala que solo ellos pueden proveer – y que no hay diferencias entre fgrandes y pequeños productores.
El hecho es que las grandes corporaciones han llegado a dominar el directorio que fija los estándares (Nattional Organic Standards Board – NOSB). Charlotte Vallaeys, director de políticas agrarias y de alimentos de The Cornucopia Institute, encontró que dos grandes compañías, General Mills y Dean Foods, y la gran cooperativa Cropp que vende productos frescos cbajo la marca Organic Valley, “han tenido casi continua influencia en el directorio”.
A medida que la membresía de las grandes compañías fueron ganando importancia en el directorio, también lo ha hecho el número de materiales aprobados para uso en alimentos orgánicos en la que se llama la Lista Nacional (lista de productos permitidos por el National Organic Program – NOP)
“El consumidor común no tiene idea de que todos esos aditivos forman parte del producto que compra”, dice Mark Kastel, co-director de Cornucopia – cuyas investigaciones llevaron a la publicación de un trabajo titulado “The Organic Watergate. (El Watergate Orgánico)”

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HAS ‘ORGANIC’ BEEN OVERSIZED? THE CORNUCOPIA INSTITUTE [cultivate@cornucopia.org]; Jul.13, 2012.
 Image: Cornucopia Inst. slide show
Organic food has become a wildly lucrative business for Big Food and a premium-price-means-premium-profit section of the grocery store. Big businesses argue that the enormous demand for organic products requires a scale that only they can provide — and that there is no difference between big and small producers.
Major corporations have come to dominate the board that sets these standards. Charlotte Vallaeys, director of farm and food policy at The Cornucopia Institute, found that two large companies, General Mills and Dean Foods, and the vast cooperative Cropp, which sells produce under the Organic Valley brand, “have held nearly continuous influence on the board.”
As corporate membership on the board has increased, so, too, has the number of nonorganic materials approved for organic foods on what is called the National List.
“The average consumer has no idea that all these additives are going into the organic products they’re buying,” says Mark Kastel, co-director at Cornucopia - whose research led to a paper titled “The Organic Watergate.”

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